A juzgar por testimonios de empresarios, cuando se sale de compra, las divisas no aparecen a tiempo
SANTO DOMINGO. El 23 de marzo pasado, en el mercado spot, la tasa de referencia del dólar para la venta fue de RD$45.82, y para la compra se situó en RD$45.74. Pero si un empresario necesita comprar US$300 mil o US$1 millón para pagar una factura en el exterior, generada por sus importaciones, ¿los puede conseguir a tiempo y a esa tasa?
A juzgar por testimonios de empresarios, cuando se sale de compra, las divisas no aparecen a tiempo. Explican que tienen que poner su nombre en una lista de espera, que puede tardar hasta dos semanas. Una vez transcurrido ese tiempo, observan que la tasa que publica el Banco Central es “una tasa indicativa”, por lo que deberán pagar una tasa mayor.
“Hay rigidez para el importador en el acceso a las divisas que están llegando a República Dominicana”, afirmó el empresario Víctor Castro y ex presidente de la Asociación de Industriales de Herrera y de la Provincia de Santo Domingo (AEIH).
En el mercado de divisas se impone la curiosa realidad de que a un tarjetahabiente le resulta más fácil conseguir dólares para importar un artículo personal comprado en Amazon, que las divisas que necesita un empresario para importar bienes de consumo o de capital. “Todos los sectores estamos teniendo esa dificultad, excepto los tarjetahabientes, porque el mismo banco se la vende, y se queda en el mismo banco”, sostiene Castro.
El empresario, que es presidente de la empresa Premium & Co., S.R.L, productora de lubricantes y aditivos automotrices, sostiene: “Tú no puedes salir al mercado a comprar divisas con una factura tuya previo a vencer. Eso te puede generar una espera de una semana o 10 días”. Además, la tasa sobre la que informa el Banco Central es indicativa: “Te dicen que la tasa del dólar está en 45.87 pero cuando tú le dices, ok dame US$100 mil, no hay”.
Al momento en que ofrece estas declaraciones al Diario Libre, dice que aún está tratando de comprar US$300 mil, gestión que inició dos días atrás: “Todavía no los hemos conseguido”. Sobre la tasa, percibe “un control del Banco Central”, pero, además, considera que esa situación se produce, porque el país “no está produciendo la cantidad de dólares que está supuesto a producir para compensar las importaciones que necesita el sector productivo dominicano”.
En términos similares se expresa Antonio Taveras Guzmán, actual presidente de la AEIH. “En estos días, yo estaba requiriendo un millón de dólares para pagar una mercancía, y no había. En espera y en espera, y nunca se consiguió. Tuve que esperar varios días para pagar más, y conseguirlo”, testimonia. “Eso también te indica que nuestra balanza de pagos anda muy deficitaria con casi todo el mundo”. El país importa demasiadas cosas y exporta muy poco, amplía.
Sostiene que hay que desarrollar el sector exportador. “No podemos continuar manteniendo esta economía, basada simplemente en la suerte de que este año fueron buenas las inversiones extranjeras, y en los préstamos internacionales”, pronostica. Pero advierte sobre el peligro de un deslizamiento agresivo: “Tampoco niveles altos de inflación son buenos. Tenemos un país con una desigualdad y pobreza enormes”.
“Sugestión de la pantera”
En su declaración sobre la consulta del Artículo IV, del 2015, el Directorio del FMI dijo: “Una transición hacia una mayor flexibilidad de la tasa de cambio y la acumulación continua de reservas aumentará la capacidad de resistencia frente a los choques externos y los efectos secundarios”.
El BC cerró el 2015 con reservas internacionales netas ascendentes a US$5,195.1 millones. “Niveles records”, la calificó el BC. Durante ese año, el peso con relación al dólar se depreció un 2.6%, al cerrar la tasa en RD$45.55. Desde inicios del año y hasta el 23 de marzo, se ha depreciado un 0.6%. Es una moneda con un valor estable con relación al dólar, de un país que no produce los suficientes dólares.
“Desde el punto de vista del Banco Central, yo tengo una política cambiaria que incluye la administración de la tasa de cambio”, afirma el economista Pavel Isa Contreras. Por administración define, personalizándose en el Banco Central: “Yo pacto, hablo, me pongo de acuerdo, para que haya un tipo de comportamiento en el mercado de los bancos comerciales”. Eso implica, según el economista, que no es el resultado de operaciones de mercado abierto, sino de la “sugestión de la pantera”. “Eso es plausible”, puntualiza.
Explica que en el tema cambiario “hay una animadversión muy fuerte” sobre el movimiento de la tasa de cambio. “La gente no entiende que sea sano para la economía un tipo de cambio más flexible, que se devalúe un poco más velozmente. La gente entiende que devaluación es malo, y punto. Y estamos perjudicados así, atrapado en esa lógica”. Se refiere a la pérdida de competitividad de la economía, lo que provoca la caída de las exportaciones y el incremento del desempleo.
“Y eso es muy político, al servicio de la política. Eso es lo que quiere oír el Presidente. La gente no entiende de competitividad y de exportaciones”, concluye.