OSHKOSH, Wisconsin, EE.UU. Los recientes comentarios de Donald Trump sobre la esposa de Ted Cruz encendieron nuevamente las alarmas entre los republicanos acerca de la capacidad del magnate para ganarse el voto de las mujeres, en especial si tuviera que disputar la presidencia a Hillary Clinton en noviembre.
A Trump le han llovido críticas por mofarse de Heidi Cruz en una batalla personal dentro de la lucha por la candidatura presidencial del Partido Republicano.
Las hostilidades alcanzaron el viernes nuevas alturas cuando Cruz acusó a Trump y “sus secuaces” de difundir rumores falsos de que él había engañado a su esposa.
“No queremos un presidente que trafique con la inmoralidad y la deshonestidad”, dijo el senador de Texas a la prensa en Wisconsin. “No queremos un presidente que parezca tener un verdadero problema con las mujeres fuertes”, agregó.
El historial de comentarios sexistas de Trump, desde su programa de televisión “Apprentice” hasta sus entrevistas picantes con el presentador radiofónico Howard Stern, son vistos por los republicanos desde hace tiempo como una posible vulnerabilidad para el partido, en especial si el magnate enfrenta en una elección general a Clinton, quien aspira a ser la primera mujer en el cargo de presidenta de Estados Unidos.
El problema comenzó en el primer debate republicano, cuando Megyn Kelly de Fox News preguntó a Trump por qué se refería a las mujeres como “cerda gorda”, “perra” y otros sobrenombres. La pregunta dio paso a una persistente disputa entre Trump y la red noticiosa.
Trump también enfrentó críticas cuando “Rolling Stone” publicó una semblanza en la que el magnate insultó a la empresaria Carly Fiorina, quien apoyó a Cruz después que se retiró de la contienda por la candidatura presidencial republicana.
“¡Pero miren esa cara!”, dijo Trump según la publicación. “¿Alguien votaría por ella? ¡¿Pueden imaginar eso, la cara de nuestro próximo presidente?!”
La controversia se avivó el miércoles cuando un comité de acción política contrario a Trump difundió un mensaje con una foto atrevida de la esposa del magnate, la ex modelo Melania, tomada de una sesión fotográfica con la revista masculina GQ.
“Conozcan a Melania Trump. Su próxima primera dama. O, ustedes pueden apoyar el martes a Ted Cruz”, decía el mensaje. En su reacción, Trump acusó falsamente a Cruz de ser artífice del texto y advirtió: “¡Cuidado, mentiroso Ted, o voy a soltar la sopa sobre tu esposa!”. La mujer de Cruz fue gerente de inversiones en Goldman Sacks y colaboró con la Casa Blanca como asesora de política económica del presidente George W. Bush.
El miércoles por la noche, el magnate intensificó la disputa cuando retuiteó la fotografía de la esposa de Cruz, con una mueca poco favorecedora, al lado de una imagen clara y glamorosa de Melania.
“No hay necesidad de ‘soltar la sopa’’’, decía el texto que acompañaba a la imagen. “Una imagen vale más que mil palabras”.
Durante un acto efectuado el jueves en Wisconsin, Cruz describió a Trump como “un cobarde llorón” que tiene problemas con las mujeres, en particular con las “mujeres fuertes”.
Cruz abordó de nuevo el tema el viernes y describió los comentarios de Trump como parte de un patrón de ataques misóginos.
Trump “ha lanzado esos ataques contra Megyn Kelly. Contra Carly Fiorina, contra Columba Bush, la esposa de Jeb Bush”, agregó.
Aunque Trump aventaja enormemente a Cruz en la obtención de delegados en lo que va de la contienda interna por la candidatura presidencial republicana, recientes encuestas señalan que la condición de favorito del magnate ha declinado, en particular entre las mujeres.
De acuerdo con una reciente encuesta de la NBC/Wall Street, 70% de las mujeres tuvieron una opinión negativa de Trump. Según un reciente sondeo de CNN, casi 75% de las mujeres en general y 39% de las mujeres republicanas tuvieron una opinión desfavorable del magnate.
“(Trump) ya tenía una brecha de género antes de todo esto”, dijo el encuestador republicano David Winston. “La posibilidad de que se agrande está en el horizonte”, agregó.
Por THOMAS BEAUMONT y JILL COLVIN