Cualquier mujer que resulte embarazada acaba preguntándose si es bueno o no practicar deporte durante esta etapa.
El ejercicio físico de forma regular, incluso en el periodo de gestación, aporta múltiples beneficios ya que mantiene el buen tono muscular, controla la ganancia de peso, produce bienestar emocional y mejora el descanso nocturno. Además, el deporte mejora la tensión arterial y los niveles de glucosa, lo que protege frente a la diabetes gestacional. Disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento, reduce la ansiedad y ayuda a dormir mejor.
En general, no es necesario que la mujer embarazada limite el deporte, siempre que no se fatigue excesivamente ni corra el riesgo de lesionarse o de dañar al feto. Casi todos los ejercicios, salvo los de contacto, se pueden practicar durante el embarazo, únicamente habrá que adaptarse al más adecuado a medida que avanza la gestación.
La doctora Begoña Olartecoechea, del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra intenta resolver algunas dudas en relación al deporte durante el embarazo:
La natación es un ejercicio excelente para aquellas mujeres que no realizaban ninguna actividad física antes del embarazo, ya que utiliza grupos musculares muy diferentes, mientras que el peso del cuerpo es sustentado por el agua. Puede practicarse en aguas tranquilas, no muy frías y sin oleaje (hasta el octavo mes, aproximadamente).
El yoga, pilates, taichí o realizar estiramientos son ejercicios que se adaptan fácilmente para embarazadas y que son muy recomendables si se practican de forma suave y con control profesional. A las mujeres que no hacen ejercicio de forma habitual se les suele recomendar algunos de estos deportes durante la gestación para mejorar su salud.
Otra idea para mujeres que no realizan una gran actividad física: caminar media hora al día en terreno llano, al aire libre y sin un esfuerzo excesivo.
El ciclismo, la equitación o el esquí pueden practicarse al principio del embarazo, pero no están recomendados en el segundo y tercer trimestre del embarazo porque pueden implicar caídas con golpes en el abdomen.
Deben rechazar las competiciones deportivas y todos los deportes que supongan un esfuerzo violento, como el tenis, equitación, remo, etc. Están contraindicados el alpinismo, el automovilismo deportivo, el deporte de contacto, el esquí alpino, el esquí náutico y el submarinismo (evitando aquellos que se practiquen en condiciones de poco oxígeno).
Los ejercicios que suponen impacto del peso del feto en el suelo pélvico se deben evitar en el último trimestre, cuando este pesa más, por ejemplo, aerobic, zumba, footing o tenis.
Aquellas chicas que tengan alguna enfermedad cardíaca o que vean disminuida significativamente su capacidad de practicar deporte deben, igualmente, limitar la actividad durante la gestación.
El ejercicio regular al comienzo del embarazo, de manera pausada, no ha demostrado mayor riesgo de aborto.