AP
LONDRES – Han huido de guerras y violencia en el Medio Oriente y Africa. Han cruzado mares en pequeñas embarcaciones, y vivido en campos de refugiados.
Hay una nadadora adolescente de Siria, fondistas de Sudán del Sur, y competidores de judo y taekwondo del Congo, Irán e Irak.
Todos tienen la misma meta: competir en los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. Y no lo harían bajo la bandera de sus respectivos países de origen, sino como parte de la primera delegación de atletas refugiados.
Un grupo de 43 hombres y mujeres que tienen entre 17 y 30 años, todos desplazados de sus países por conflictos, están siendo evaluados por el COI para formar el primer equipo de atletas olímpicos refugiados.
Motivado por los problemas que sufren los migrantes y refugiados en todo el mundo, el Comité Olímpico Internacional decidió crear un pequeño equipo de refugiados que competirá en Río bajo la bandera olímpica.
En lo que sin duda será uno de los momentos más emotivos de la ceremonia inaugural, el equipo desfilará el 5 de agosto en el estadio Maracaná de Río detrás de la bandera blanca con los cinco anillos olímpicos, justo antes de la delegación de Brasil, el país anfitrión que desfila último entre los 206 comités olímpicos nacionales.
Los atletas refugiados vivirán en la Villa Olímpica con el resto de los equipos. El COI les suministrará uniformes, entrenadores y oficiales técnicos. Y si alguno gana una medalla de oro, se entonará el himno olímpico.
El plan fue anunciado por el COI en octubre en las Naciones Unidas, en medio de la crisis de migrantes y refugiados que llegaban, y siguen llegando, a Europa, muchos provenientes de Siria. El COI creó un fondo de dos millones de dólares para ayudar a los refugiados, y pidió a los comités olímpicos nacionales que identificaran a atletas desplazados de sus países que pudiesen competir en Río.
Pere Miro, director adjunto del COI para relaciones con el movimiento olímpico, ha sido el encargado de crear el equipo. De los 43 atletas seleccionados como candidatos, más de la mitad son corredores de Africa central y occidental, dijo Miro.
“Me conmoví por la historia de cada uno”, dijo en una entrevista con The Associated Press. “Pero también me conmovió lo mucho que significa el deporte para cada uno, no sólo para estos 43, sino para todos los que conocí”.
El presidente del COI, Thomas Bach, dijo que espera que entre cinco y 10 atletas se queden en el equipo. Miro calculó que serían entre cinco y siete. La selección final será anunciada por el COI en la próxima reunión de su junta en junio.
“Queremos enviar un mensaje de esperanza a los refugiados de todo el mundo”, indicó Bach.
Miro dijo que 23 de los candidatos huyeron de conflictos en Africa, incluyendo Sudán del Sur, Etiopía, Uganda, Congo, Ruanda, Burundi y Mali. Un puñado huyó de Siria, y unos cuantos de Irán e Irak. Además de pista y campo, algunos atletas compiten en natación, judo, taekwondo y tiro.
El COI ya identificó públicamente a tres atletas que están siendo contemplados: la nadadora siria de 17 años Yusra Mardini, la atleta de taekwondo iraní Raheleh Asemani, y el judoca del Congo, Popole Misgenga. Mardini se entrena en Alemania, Asemani en Bélgica y Misenga en Brasil.
Mardini y su hermana mayor, Sarah, estaban en un bote inflable con otros refugiados realizando el peligroso viaje desde Turquía hasta Grecia hace unos cuantos meses, cuando la pequeña embarcación empezó a hacer agua en el Mar Egeo. La mayoría de los refugiados en el abarrotado bote no sabía nadar, así que las hermanas y otros tres que también eran buenos nadadores saltaron al agua. Durante tres horas, se aferraron a sogas que colgaban de los costados y ayudaron a llevar el bote hasta la isla griega de Lesbos.
Las hermanas Mardini eventualmente llegaron hasta Alemania, donde una organización de beneficencia las puso en contacto con el club de natación Wasserfreunde Spandau 04 en Berlín, cerca de su centro de refugiados. Allí se entrenan en la piscina, que fue construida para los Juegos Olímpicos de 1936, y Yusra, una especialista en el estilo mariposa, fue elegida como candidata al equipo olímpico.
Asemani se fue de Irán en 2012 por motivos que no divulgó y llegó a Bélgica, donde la mujer trabaja en el correo y se entrena con la selección belga de taekdwondo. Peleando bajo la bandera de la federación internacional de taekwondo, se clasificó a los Juegos de Río en la eliminatoria europea en Estambul. Es posible que compita por Bélgica si le otorgan la ciudadanía.
“Ha sido recorrido muy difícil, estaba perdida”, dijo Asemani al portal de la federación internacional de taekwondo. “Muchas veces pensé que esto no sucedería por la política, problemas con la visa, falta de dinero y porque no podía viajar a muchas competencias… Río es un sueño. La esperanza me llevó hasta los Juegos Olímpicos”.
Misenga y Yolande Mabika huyeron del Congo hace tres años y pidieron asilo en Brasil durante el campeonato mundial de judo en 2013 en Río. Desde entonces se entrenan con la federación de judo de Brasil.
“He visto demasiada guerra, demasiada muerte”, relató Misenga al diario The Guardian. “Represento a todos, voy a conseguir una medalla por todos los refugiados”.
La mayoría de los candidatos son del campo de refugiados Kakuma en el noroeste de Kenia, a unos 90 kilómetros de la frontera con Sudán del Sur, un país que nació hace apenas cinco años y que ha sido devastado por la guerra civil desde 2013. Decenas de miles de personas han muerto en el conflicto, y al menos dos millones han sido desplazadas de sus hogares.
Unos 180.000 refugiados viven en Kakuma, la mayoría de Sudán del Sur, pero también de Sudán, Somalia, Etiopía, Congo, Burundi, Ruanda, Eritrea y Uganda.
“Me conmovió ver cómo vive la gente en este campo”, dijo Miro, quien visitó Kakuma en enero. “Está en el medio de la nada. No tienen nada. La principal actividad que los mantiene motivados es el deporte”.
Tegla Loroupe, una maratonista keniana que en algún momento tuvo el récord mundial, visitó Kakuma para realizar audiciones e identificar a los corredores más talentosos. Veintitrés fueron seleccionados y llevados al centro de entrenamiento de Loroupe, cerca de Nairobi.
Loroupe dijo el martes en una entrevista telefónica con la AP que entre los atletas hay un corredor de los 800 metros, un maratonista y varios competidores de los 5.000 y 10.000 metros. Dijo que espera que ocho se clasifiquen a los Juegos, y que los acompañará a Río.
“Esto es algo especial”, comentó Loroupe. “Cualquiera puede ser un refugiado, y ahora tienen esta oportunidad increíble para sobresalir. Quieren ser embajadores”.