CIUDAD DE MÉXICO. El capo del narcotráfico Joaquín “El Chapo” Guzmán lee un libro de autoayuda y sube de peso en la prisión bajo su nuevo régimen de máxima seguridad, pero al exdelincuente más buscado de México aparentemente no le va tan bien en materia de amor.
Guzmán, quien escapó de la misma prisión en julio, ahora tiene a dos guardias apostados permanentemente frente a su celda, que jamás lo pierden de vista. Un perro prueba su comida para asegurarse de que no está envenenada. No tiene televisión, pero sí material de lectura gratuito.
Desde su captura en enero, Guzmán ha leído “Don Quijote” y ahora ha empezado “Una vida con propósito: ¿Para qué estoy aquí en la tierra?”, del pastor evangélico Rick Warren. Este libro de autoayuda tiene citas que podrían aplicarse a Guzmán: “Una vida pretensiosa y ostentosa es una vida hueca; una vida sencilla y sin lujo es una vida plena”; o “somos productos de nuestro pasado, pero no estamos obligados a ser prisioneros de él”.
La descripción de su vida actual en la prisión proviene de un funcionario federal que habló bajo la condición reglamentaria de anonimato. El funcionario y un colega hablaron con The Associated Press tras una serie de quejas de los abogados y parientes de Guzmán, quienes dijeron que su salud se deterioraba en la cárcel y que no lo dejaban dormir.
Antes de escapar, Guzmán podía recibir una visita conyugal de cuatro horas cada nueve días. Además, según los funcionarios, se le suministraba Viagra, pero desde la nueva captura del 8 de enero no se le ha suministrado Viagra ni ha recibido visitas conyugales. Solicitó permiso para recibirlas hace apenas unos días.
Los funcionarios dijeron que Guzmán ha subido un poco de peso y que su presión arterial ha bajado desde que regresó a la prisión del Altiplano al oeste de la Ciudad de México.
Está bajo una observación constante de una cámara en el techo que, a diferencia de la que había en la celda de la cual escapó, no tiene puntos ciegos.
Los cómplices de Guzmán abrieron un túnel que llegaba al piso delgado de concreto del cubículo del baño, un lugar que no captaban las cámaras de vigilancia.
Desde entonces, los pisos de las celdas de máxima seguridad fueron reforzados con una plancha de 40 centímetros de hormigón con una doble capa de barras.
Cuando estaba prófugo, Guzmán tuvo un encuentro con la actriz mexicana Kate del Castillo, supuestamente para analizar un proyecto de película sobre su vida, pero en una entrevista el viernes para la cadena estadounidense ABC, del Castillo dijo que Guzmán simplemente estaba interesado en ella, acaso por su personaje de la narcotraficante Teresa Mendoza en la telenovela “La reina del sur”.
“Probablemente estaba enamorado de Teresa Mendoza”, dijo del Castillo a la periodista Diane Sawyer. “Creo que no le interesaba la película”.
Los fiscales dijeron luego que sus contactos con Guzmán y su encuentro en octubre de 2015 con Guzmán y el actor estadounidense Sean Penn en una zona remota del noreste de México les ayudaron a recapturar al narco. Una serie de correos electrónicos filtrados entre Guzmán y del Castillo indican que las autoridades vigilaban sus conversaciones de texto.