Turismo y el internet de las cosas

La tecnología siempre ha jugado un papel crucial en el avance de la Humanidad. La creada para mejorar la comunicación entre los seres humanos (imprenta, prensa, radio, teléfono, televisión, internet) ha permitido compartir ideas y experiencias, facilitando así el aprendizaje y el avance del fenómeno de la globalización. Pero ahora está surgiendo la sorprendente modalidad de crear comunicación entre “las cosas” vía internet. Esta prometedora oleada está abriendo nuevos y excitantes caminos a la productividad de la industria turística.

El “internet de las cosas” (IdlC) no es más que la comunicación que puede establecerse vía internet entre diversos aparatos independientes para hacer que funcionen con mayor efectividad. Esto se logra asignando una dirección en la web (IP) a cada aparato, lo cual lleva a que pueda, a través de transmisiones de baja intensidad, intercambiar información con otros aparatos. Es decir, el IdlC permite que una gran cantidad de aparatos se “hablen” entre sí a través de la interconexión digital y puedan ejecutar tareas por sí solos.

Sin duda, tales capacidades representan una revolución en la manera en que los seres humanos se relacionan con el mundo físico. Hoy en día tenemos teléfonos inteligentes, tabletas, laptops, dispositivos multimedia en el salón, e incluso las propias televisores que se conectan a Internet. A esto se añaden las videoconsolas e incluso los vehículos. Por otro lado, se calcula que todo ser humano está rodeado de por lo menos mil a cinco mil objetos. En general, Wikipedia nos dice que “en 2020 habrá en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos con un sistema de adaptación al internet de las cosas”, mientras para ese año también “existirán 30 mil millones de dispositivos inalámbricos conectados al Internet.”

Algunos hoteles de lujo ya ofrecen luces que se ajustan a las señales del ambiente, almohadas que miden los niveles de estrés del huésped para poner música suave, y hasta televisores que filtran los canales para que se ajusten al perfil del huésped.

Las aplicaciones enfocadas al control de los electrodomésticos del hogar ilustran claramente las conveniencias del IdlC. Ya existen frigoríficos, hornos y lavadoras que pueden ser controlados desde un teléfono móvil con conexión a Internet. También podemos modificar el estado de persianas y ventanas y hasta apagar el fuego de la cocina y programar cuando debe comenzar a cocinarse una comida. Podríamos, además, disponer de sensores y controladores en diversos elementos de una casa climatizada para regular su temperatura y controlar el encendido automático de las luces a ciertas horas.

Las aplicaciones del IdlC en el campo de la agricultura son igualmente deslumbrantes. Para conocer las condiciones del campo donde este cultivando sus frutos, el trabajo de un agricultor moderno consistiría en comprobar regularmente la temperatura y humedad del campo y llevar registros de esos datos. A través del IdlC estos datos serian monitorizados y registrados automáticamente en un servicio en línea, de manera que el agricultor tenga el conocimiento de cómo están los cultivos e incluso pudra conocer cómo están en tiempo real. Con sensores lo suficientemente baratos, podría llegar a monitorear todas las plantas que este cultivando, conociendo cómo crecen y si algunas de ellas están teniendo problemas.

Donde la nueva tecnología impactará más dramáticamente al turismo es, inicialmente, en la optimización de las operaciones hoteleras. Previo a la llegada al hotel, los huéspedes recibirán por su celular “llaves digitales” que permitirán que los viajeros que estén cansados eviten tener que pararse en la recepción y puedan ir directamente a su habitación. Las cortinas que se abren a una hora predeterminada en las mañanas, y las notificaciones al móvil con recordatorios sobre las comidas disponibles y las atracciones cercanas al hotel son aplicaciones que mejoran sustancialmente la experiencia hotelera de los huéspedes. Algunos hoteles de lujo ya ofrecen luces que se ajustan a las señales del ambiente, almohadas que miden los niveles de estrés del huésped para poner música suave, y hasta televisores que filtran los canales para que se ajusten al perfil del huésped.

Otra importante aplicación del IdlC tiene que ver con los sistemas de gerencia de las propiedades hoteleras. En tales sistemas, las tareas repetitivas como la auditoría nocturna, la gerencia de reservaciones, la actualización del estatus de las habitaciones y hasta el funcionamiento de aire acondicionadores se manejan ya con la intervención del Internet. Por ser una gran parte de los costos de operación en cualquier hotel, el consumo de energía es donde se hace más énfasis actualmente. Cuando todos los aparatos tengan una dirección de Internet que alimente la información sobre su consumo y se integren con sensores de movimiento y monitores de actividad se podrán apagar los que no necesitan estar prendidos.

El campo de estudio más activo del IdlC es el de la conexión a la red a través de señales de radio de baja potencia. Esto se explica porque las señales de radio no necesitan ni Wi-Fi ni Bluetooth. De todos modos, se están investigando también distintas alternativas que requieren menos energía y que resultan más baratas (“Chirp Networks”). Resulta fácil vislumbrar una comunicación masiva en el futuro cercano entre la gente y los aparatos a nivel mundial. Tales capacidades habrán de impactar la industria turística.

Pero lo más prometedor para la industria de la hospitalidad será la mezcla de la inteligencia artificial con el IdlC. Los sistemas de “computación cognitiva” que se están desarrollando actualmente intentan replicar los procesos de pensamiento del ser humano, lo cual permitirá aplicaciones sobre las tareas que comportan los viajes turísticos. La computación cognitiva tiene el potencial de planificar una gran parte del viaje los hoteles y las líneas aéreas podrán planificar los itinerarios del viajero. A medida que se avanza, los usos del IdlC en el turismo se multiplicaran.

En el horizonte, sin embargo, se puede anticipar que el Talón de Aquiles del IdlC será el de la seguridad. Cuando la cantidad de conexiones entre aparatos y la gente comience a expandirse, aparecerán los “hackers” que querrán molestar o ganar dinero con lo que hace. Ellos podrían tomar el control de cualquier hogar y para evitar tal asalto habrá que trabajar arduamente para desarrollar mecanismos de seguridad que no lo permitan. Los sistemas de seguridad informática tendrán que avanzar a la par con los sistemas inteligentes que conectan las cosas con los humanos. Y la industria turística habrá de estar atenta para que no se exploten sus vulnerabilidades.

En nuestro país las aplicaciones del IdlC en la hotelería vendrán de la mano de las cadenas hoteleras internacionales que tienen aquí establecimientos. Ellas deben competir a nivel global y, en consecuencia, deben mantenerse a la par con sus competidores mundiales. Lo que el país puede ir haciendo, sin embargo, es comenzar a convertirse en un “destino turístico inteligente” proveyendo la infraestructura tecnológica para que las tecnologías de la comunicación puedan ser usadas por los turistas sin contratiempos. Esa misma infraestructura podrá eventualmente facilitar el uso de las aplicaciones del IdlC.

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