SANTO DOMINGO. Durante el año 2015, el precio de los alimentos registró un crecimiento de 7.9 por ciento. Esto significa que la inflación en el grupo de alimentos y bebidas superó con creces la variación anualizada del índice del precio al consumidor (IPC) para toda la economía dominicana hasta el año 2007, año en que el IPC general superó el 8.8%.
El incremento de los precios en los alimentos continuó su trayectoria ascendente hasta enero de 2016, mes en que alcanzó un 0.39%. Sin embargo, en febrero de este año, esa racha alcista se revirtió hacia la baja, al caer los precios casi verticalmente, a un negativo 1.92 %, casi dos puntos porcentuales.
En su boletín de febrero de 2016 sobre la variación del IPC , el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) explica que el comportamiento de la inflación en el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas se debe a las reducciones que registraron bienes de consumos masivos, como es el pollo fresco (-11.73%), plátanos verdes (-8%), ajo (-6.31%), papas (-4.03%), huevos (3.14%), entre otros productos agropecuarios.
Pero sobre el comportamiento de los precios durante el 2015, el BCRD informa que el grupo de los alimentos y las bebidas no alcohólicas aportaron el 90.69% de la inflación de ese año.
En promedios nacionales, ese grupo representa un poco más del 25.1% del gastos de los hogares. Pero esa ponderación es mucho mayor en el caso de los sectores de bajos ingresos, como son los del primer y segundo quintil, que representan en total el 40% de la población.
Por esta razón, los costos de la canasta básica familiar (que incluyen todos los bienes y servicios básicos que demandan, además de los alimentos) que consumen estos segmentos, entre mayo de 2015 y enero de 2015 (8 meses) crecieron en 4.6% y 3.7%, lo que es mucho más del doble del incremento de costo que percibieron los más ricos, que son los del tercer y cuarto quintil.
Durante 2015, en la memoria de los pobres es muy posible que haya quedado aferrado el recuerdo de los precios del pollo fresco y del plátano. Esos dos productos distintivos del menú popular registraron alzas promedios de 28% y 62.5% entre mayo de 2015 y enero de 2016, según los datos publicados por el Banco Central.
Así, los más ricos se beneficiaron de una más baja inflación, por la caída de los precios del petróleo, que les permitió “alimentar” a sus vehículos a más bajo costo. Pero en el otro extremo social, los más pobres se hurgaban los bolsillos vacíos, al tratar de comprar los productos que necesitaban para alimentar a sus familias, que se ofertaban a un precio mucho mayor.
Consumidores incrédulos
Algunas personas consultadas por Diario Libre en varios establecimientos comerciales coincidieron ayer en decir que no han sentido las rebajas de los precios de los alimentos registradas en el Índice de Precios al Consumidor del mes de febrero, como lo anunció recientemente el Banco Central.
Jarolín Tejada, una joven que se encontraba comprando en un supermercado de la ciudad, manifestó que “si se ha producido alguna rebaja en los precios de los alimentos ella no lo había percibido”.
En tanto que Crismerly Rodríguez, otra joven que se encontraba en el mismo establecimiento, declaró que los precios tienen varios meses estables. “Yo no he sentido alzas, ni rebajas”, indicó.
En ese mismo sentido se expresó Carlos García, un señor que realizaba su compra en otro supermercado, y manifestó que no ha notado ninguna rebaja, a pesar de que realiza constantemente la compra de alimentos de su casa.
“Aquí lo que sube no baja, ¿cuándo usted ha visto que lo que sube baja en este país’. Usted me está haciendo una pregunta cómo sin sentido”, dijo una señora que sólo se identificó como Carmen María, en respuesta a la misma pregunta sobre lo que informado por el Banco Central en su informe de febrero.