Los horarios de las comidas pueden incidir en la pérdida de peso en pacientes con obesidad severa después de una cirugía bariátrica, según revela un nuevo estudio publicado en la revista Clinical Nutrition. La investigación, realizada en la Universidad de Barcelona (UB) y el Hospital Clínic, en colaboración con la Universidad de Murcia, ha sido dirigida por Maria Izquierdo, de la UB, y Marta Garaulet, de la institución murciana, en España.
El nuevo trabajo se basa en el seguimiento realizado durante seis años a 270 pacientes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic de Barcelona, dirigido por Josep Vidal, profesor del departamento de Medicina de la UB. Todos ellos presentaban un grado severo de obesidad y habían sido sometidos a cirugía bariátrica, es decir, a un conjunto de procedimientos quirúrgicos para reducir su peso.
Durante este periodo, además de analizar los parámetros que evalúan la pérdida de peso en los pacientes, el equipo también valoró la ingesta alimentaria, la actividad física, el cronotipo —para conocer si un sujeto era más matutino, vespertino o intermedio—, las horas de sueño y los horarios de las comidas.
Después de la cirugía bariátrica, los pacientes pueden clasificarse en tres grupos según la evolución en la pérdida de peso. Así, el primer grupo (un 70 % de los pacientes) estaría formado por aquellos que pierden el 80 % del exceso de peso después de la cirugía y que se mantienen así a lo largo de los años (son clasificados como buenos respondedores).
Otro grupo (un 20 %) pierde también un porcentaje importante de peso en los dos primeros años; pero lo recupera lentamente a lo largo del tiempo. Por último, un tercer grupo, que representa un 10 % de los pacientes intervenidos, solo pierde un porcentaje bajo de su exceso de peso desde el principio (son los llamados fracasos primarios).
Según la principal conclusión del estudio, el 70 % de los pacientes operados clasificados como fracasos primarios comen después de las tres de la tarde, y todo indicaría que el horario de la comida influye sobre la pérdida de peso. Tal como explica la profesora María Izquierdo, que también es miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), “se comprobó que no influía ni el género (ser hombre o mujer), ni la edad o el tipo de cirugía utilizado. Lo más sorprendente es que entre estos tres grupos no se encontraron diferencias en la ingesta alimentaria ni tampoco en el nivel de actividad física ni las horas de sueño”.
Los horarios de las comidas influyen en el funcionamiento correcto de nuestros ritmos circadianos. Recientemente, se ha determinado que la alteración de estos ritmos circadianos —la cronodisrupción— puede influir en el desarrollo de la obesidad y el síndrome metabólico. Así, Garaulet, en un estudio previo, ya había comprobado que en población con obesidad moderada, después de un tratamiento dietético de 20 semanas, la hora de la comida podía ser determinante; ya que los pacientes que comían después de las tres de la tarde perdían menos peso que los que comían antes.
“Los mecanismos de la influencia del horario de las comidas sobre la pérdida de peso pueden estar asociados —comenta Garaulet— a alteraciones en el metabolismo de la glucosa, disminución del gasto energético basal y alteraciones en los patrones circadianos del cortisol o de la temperatura”. Estos mecanismos podrían explicar, en parte, por qué comer tarde se asocia a alteraciones metabólicas propias de la obesidad y a una pérdida menor de peso corporal.
El nuevo trabajo amplía resultados previos en esta línea sobre la interacción entre cronobiología, nutrición e impacto sobre la salud. “Hemos comprobado lo mismo que lo que se observaba en población con obesidad moderada, con la diferencia de que la población aquí estudiada tenía obesidad severa, y que el tratamiento aplicado —la cirugía bariátrica— es mucho más drástico. Sin embargo, la hora de la comida principal continúa influyendo, y eso es muy interesante”, concluye Izquierdo.
(Fuente: U. de Barcelona)