SANTO DOMINGO. ¿Qué pasa cuando una persona se siente atraída por los juegos de azar? La doctora Biaris Rodríguez, médico psiquiatra, respondió que esta conducta de juego perjudicial y recurrente se caracterizada por la presencia de una necesidad incontrolable de practicar juegos de azar.
Anteriormente, éste era definido como un trastorno del control de los impulsos; sin embargo, en la última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), se le ha considerado como un trastorno adictivo, basándose en el hecho de que se manifiestan el síndrome de abstinencia y la tolerancia.
“No confundamos la ludopatía con el juego ocasional por diversión, pues para considerarse como tal necesitan cumplirse ciertos criterios diagnósticos. La mayoría de las veces, en modalidades de juegos de ciclo rápido, que involucra la ganancia de dinero a corto plazo”, afirmó.
Asimismo, refirió que se debe entender que la adicción al juego es una patología crónica que impacta negativamente la función familiar y en muchas ocasiones la vida social y laboral del individuo.
¿Cuáles síntomas revelan este padecimiento?
La doctora Biaris Rodríguez, quien también es terapeuta familiar y de pareja; y especialistas en adicciones químicas e irritabilidad causada por las pérdidas, expresó que a los pacientes que presentan este padecimiento se les nota la ansiedad e intranquilidad cuando no tienen dinero para apostar.
También, sufren frustración por tratar de jugar menos o dejar de jugar, mienten sobre la cantidad de dinero o tiempo perdido en el juego, intentan de manera recurrente y fallida jugar menos o dejar de jugar; piden dinero prestado debido a las pérdidas ocasionadas por el juego.
Por igual, apuestan cantidades cada vez mayores; tienen pensamientos intrusivos sobre el juego; en ocasiones, cometen actos ilegales a fin de conseguir dinero para jugar, y usan la negación como mecanismo de defensa.
Factores de riesgo
Planteados los puntos anteriores, la especialista indicó que aunque las causas de la adicción al juego o ludopatía no han sido totalmente definidas, sí se consideran que están determinadas por factores biopsicosociales. “Estudios realizados en adictos al juego demuestran alteraciones en los neurotransmisores -serotonina, dopamina y noradrenalina-, también ha sido relacionado con los trastornos de la personalidad límite y antisocial. La herencia y el ambiente juegan un papel protagónico en muchos casos.
Manifestó que esta psicopatología es más común en el sexo masculino y suele iniciar en la adolescencia; en el sexo femenino su inicio ocurre en edades más avanzadas, aproximadamente entre los 20 y 40 años.
Sus consecuencias
Las principales consecuencias de la adicción al juego son los trastornos del estado de ánimo principalmente depresión, los trastornos de ansiedad, la dependencia a sustancias (alcohol, tabaco, marihuana, cocaína), pudiendo llegar incluso al suicidio por diferentes razones.
Los adictos al juego o ludópatas suelen preocuparse por conseguir recursos para jugar en cantidades cada vez mayores. En ese mismo orden, por la ansiedad de recuperar lo perdido aumentan el tiempo que dedican a la práctica del juego, afectando directamente el tiempo dedicado a la familia.
Tratamientos efectivos
Al referirse a los tratamientos más efectivos, la especialista dice que es necesario realizar una buena historia clínica para identificar los síntomas y el tratamiento a seguir. “Para reducir los síntomas se pueden utilizar estabilizadores del estado de ánimo, antidepresivos y ansiolíticos en combinación con terapia cognitivo conductual y grupos de apoyo a fin de desarrollar técnicas para reducir el hábito”.
Recomendó que si conocemos un relacionado que tiene algunos de los síntomas mencionados; que ha intentado de manera repetida y sin éxito dejar o reducir el juego, es necesario que acepte que está frente a un problema que afecta al individuo, su sistema familiar y a su entorno social. “Tiene que buscar ayuda de un profesional de la salud mental”, puntualizó la doctora Rodríguez.
El juego es una enfermedad muy frecuente y muy grave, pero puede detectarse y controlarse con éxito.”
Dra. Biaris Rodríguez