Hay señales de una mayor volatilidad conforme los reguladores chinos se afanan por equilibrar la estabilidad y las reformas
Después del “annus horribilis” que fue el 2015 y un comienzo de pánico de este 2016, muchos inversionistas han recibido el fuerte repunte de este mes en los activos de los mercados emergentes como un hombre sediento en el desierto recibe una cerveza fría.
La pregunta es si ahora pueden esperar algún sustento duradero, o si les esperan aún más mareos y náuseas.
“Sí, hemos tenido una especie de repunte”, dice Stephen Parr, jefe de inversiones para valores de los mercados emergentes de Aberdeen Asset Management, un grupo gestor de fondos con un largo historial en los mercados emergentes. “Pero quizás se trate de una recuperación”.
Indica que las cuestiones que preocuparon a los mercados durante el año 2015 no han desaparecido: la desaceleración de la economía china, la reducción de las reservas de divisas, y la fortaleza del dólar estadounidense. Pronostica más volatilidad en el futuro conforme los reguladores chinos se afanan por equilibrar la estabilidad y las reformas.
Pero el Sr. Parr también ve razones para ser optimistas. Las autoridades chinas deben diseñar un aterrizaje sin sobresaltos, según él, y es poco probable que la Reserva Federal de EEUU sea tan agresiva al aumentar las tasas como se creía previamente.
Más específicamente — para un grupo de selección ascendente de valores con un horizonte de tenencia típico de siete a ocho años — le reconforta la demografía de los mercados emergentes que es “todavía comparativamente constructiva”, pues los niveles educativos están aumentando y, con el tiempo, los ingresos reales aumentarán también. Cree que las autoridades de los mercados emergentes están generando “agendas de reforma bastante completas”, incluso aunque la aplicación ha sido más lenta de lo esperado.
Las valoraciones de las acciones, dice, han caído hasta niveles atractivos, pues los mercados emergentes cotizan a 1.4 su valor contable y a un descuento del 28 por ciento de su promedio de los últimos 10 años, mientras que las acciones de los mercados desarrollados están a 2.8 veces su valor contable y a una prima del 15 por ciento sobre su promedio de 10 años.
Desafortunadamente, admite el Sr. Parr, incluso los mejores seleccionadores de valores tienen poca defensa contra el comportamiento tipo rebaño de los flujos de cartera de riesgo y no riesgo que se mueven al mismo tiempo. “El mercado puede castigar indiscriminadamente a las compañías de gran calidad”, lamenta el Sr. Parr.
Así que los analistas están analizando los datos en busca de pistas que indiquen cómo cambiarán las cosas.
Bruce Kasman y sus colegas de JPMorgan consideran que hay un esfuerzo renovado entre las autoridades de los mercados emergentes para poner sus finanzas en orden. Esperan que el crecimiento económico en los mercados emergentes y los mercados desarrollados permanezca sin cambios en 2016 en comparación con 2015, en el 3.7 y 1.8 por ciento respectivamente. Pero consideran que el crecimiento de los mercados emergentes aumentará al 4.4 por ciento en 2017, en comparación con un lento avance a sólo el 1.9 por ciento en los mercados desarrollados.
Capital Economics señala los recientes resultados superiores de los valores de los mercados emergentes en América Latina y en los mercados emergentes de Europa, Medio Oriente y África, y espera que los emergentes de Asia se unan pronto a la fiesta. Las valoraciones allí no son altas, apunta, y muchas economías de la región tienen perspectivas de crecimiento relativamente brillantes.
Otros señalan la fragilidad de la recuperación de los mercados emergentes. Manik Narain, estratega de mercados emergentes de UBS, dice que los mercados se han recuperado aliviados de que, después de todo, China no ha perdido el control de su economía o de su moneda y de que los peores temores de los inversionistas acerca de una recesión estadounidense y problemas en los bancos europeos no se han cumplido.
Pero advierte que es poco probable que el alivio por la liberación de más estímulos de crédito en China sea duradero a menos que se extienda al resto de los mercados emergentes. “Y hay pocas señales de eso”, dice.
UBS advirtió recientemente de los peligros de la continua expansión del crédito en los mercados emergentes. Debido a que los balances se están deteriorando de forma “lenta pero constante”, según el Sr. Narain, los costos de préstamos siguen aumentando.
Señala que China está “teniendo que meter más y más crédito en la economía para hacerla crecer” y está siendo cada vez menos efectiva: en lugar de un repunte del crecimiento, el estímulo chino sólo está logrando una estabilización, piensa el Sr. Narain.
La reciente recuperación en las cuentas corrientes de muchos mercados emergentes debe ser tomada con precaución. No se trata sólo de que a menudo los excedentes comerciales se han alcanzado porque las exportaciones han caído aún más precipitadamente que las importaciones.
El Sr. Narain señala que incluso los exportadores de productos manufacturados de los mercados emergentes — que podrían haber resistido la caída de los precios de los productos básicos — han sufrido bajo una mayor competencia y una debilidad estructural en el comercio mundial impulsadas por la disminución de la demanda china.
Y los exportadores de materias primas de los mercados emergentes, que deberían haber obtenido una ventaja competitiva de la fuerte devaluación de sus monedas, no lo han logrado porque sus costos laborales han subido tanto que han compensado las ganancias de divisas.
Incluso las valoraciones de las acciones de los mercados emergentes, apunta, no se ven especialmente atractivas cuando se ajustan para las fuertes disminuciones del rendimiento de los capitales propios en los mercados emergentes.
Hay indicios de que la recuperación intermitente desde los bajos niveles de mediados de enero ha perdido impulso una vez más. Los inversionistas de los mercados emergentes aún no han salido del desierto.
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