Habrá mayor presión sobre la presidenta brasileña, Dilma Rousseff
Uno de los mayores empresarios de Brasil, Marcelo Odebrecht, fue condenado a 19 años y cuatro meses de prisión por presunta corrupción en la compañía petrolera estatal Petrobras, en una decisión histórica que se espera aumente la presión sobre la presidenta, Dilma Rousseff.
La moneda brasileña, el real, se fortaleció un 0.8 por ciento ante el dólar hasta los R$3.7549 pues hay esperanzas de que la sentencia impuesta a este directivo de la construcción, quien fue un importante donante político para la Sra. Rousseff y su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, acelerará la caída de un gobierno que los mercados culpan de la profunda recesión en el país.
“La corrupción mediante el pago de sobornos por valor de más de R$100 millones y el haber provocado como consecuencia pérdidas equivalentes en las arcas públicas merece una reprobación especial”, dijo el juez federal Sérgio Fernando Moro al dar su fallo. El abogado del Sr. Odebrecht dijo que su cliente negaba las acusaciones y que apelaría el fallo.
Una sanción tan drástica para un hombre de negocios de la reputación del Sr. Odebrecht, cuyo conglomerado, Grupo Odebrecht, dominó la industria de la construcción en toda América Latina y el Caribe, hubiera sido inimaginable un año atrás.
Pero la exhaustiva investigación de la corrupción en Petrobras, en la que ex ejecutivos de la compañía estatal de petróleo están siendo acusados de conspirar con políticos y contratistas a cambio de sobornos, está desafiando la tradición de impunidad para los poderosos de Brasil.
En una medida sin precedentes en la historia reciente de Brasil, el viernes pasado la policía federal detuvo para su interrogación a Lula da Silva, el líder populista quien gobernó el mayor país de América Latina durante ocho años hasta 2010, lo cual provocó una protesta de la izquierda del país.
Los mercados reaccionaron positivamente, pues esperan que el debilitamiento de Lula da Silva dividirá al Partido de los Trabajadores, o PT, y expondrá a la presidenta Rousseff a juicio político.
El abogado del Sr. Odebrecht, Nabor Bulhões, dijo que la fiscalía no había logrado presentar evidencia que incriminara a su cliente, argumentando que ni el testimonio de testigos ni los documentos incautados por la policía relacionaban directamente al ex director ejecutivo con actos ilícitos.
El Sr. Odebrecht, junto con un grupo de otros ex funcionarios y colaboradores de Odebrecht involucrados en el escándalo, fue declarado culpable no sólo de corrupción sino también de lavado de dinero y de pertenecer a una organización criminal.
Los medios brasileños citaron fuentes anónimas que afirman que el Sr. Odebrecht, junto con otro directivo de la construcción implicado en el caso, Leo Pinheiros de OAS, estaban planeando negociar convenios de indulgencia con los fiscales a cambio de sentencias más leves.
Estos y otros supuestos convenios de indulgencia previstos, incluida una declarada negociación de los cargos y la condena firmada por Delicidio do Amaral, ex líder del senado perteneciente al PT, han estimulado los mercados. El PT ha negado reiteradamente haber incurrido en ilegalidades en el financiamiento de su campaña y señala la aprobación de sus cuentas electorales por parte del organismo de control electoral del país, el TSE.
En su fallo, el juez Moro dijo que el Sr. Odebrecht pagó un total de casi R$109 millones, además de otros R$35 millones, en sobornos en los hechos de corrupción relacionados con Petrobras.
En un comentario inusual, el juez recomendó que Grupo Odebrecht, la compañía, intentara llegar a un acuerdo con los reguladores sobre su supuesta participación en la corrupción para limitar el daño a su negocio.
Odebrecht afirmó que estaba cooperando con los investigadores.
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