1. Protege al corazón
Es uno de los más poderosos cardioprotectores que existen en la naturaleza. La presencia de la enzima alinasa y de sulfuros tiene la característica de adelgazar la sangre, ayuda a reducir los niveles de colesterol “malo”, mantiene la elasticidad de las arterias y limpia la grasa. Un estudio de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos, asegura que comer una cebolla mediana al día reduce el riesgo cardiovascular y el colesterol en un 15%.
2. Aliada contra la diabetes
La cebolla es rica en glucoquinina, una sustancia que disminuye el nivel de azúcar en la sangre. Además, el consumo habitual de cebolla fresca estimula la segregación del jugo pancreático, es decir, ayuda a eliminar los tóxicos de los azúcares.
3. Favorece la digestión
La quinina que contiene la cebolla estimula el hígado, la vesícula, el páncreas y favorece las funciones del estómago. Además, tiene un efecto neutralizador de los ácidos y activa la secreción de los jugos gástricos que favorecen la salud de la flora intestinal. La cebolla cocida tiene propiedades laxantes.
4. Fortalece las defensas
Es rica en compuestos azufrados que forman parte de su aceite esencial y que son los responsables de su característico olor y sabor. El disulfuro de alilpropilo que contiene, contribuye al aumento de la producción de glóbulos rojos y blancos lo cual hace que se eleve la eficacia defensiva de nuestro organismo, también le otorga propiedades bactericidas y fungicidas que ayudan a eliminar muchos virus y evitar su desarrollo.
5. Es diurética
Un alimento con virtudes diuréticas es aquel que mejora y facilita la excreción de orina. Un estudio científico del Journal of Medicinal Food, en Estados Unidos, comprobó las capacidades de la cebolla para activar eficientemente la función de los riñones y facilitar la eliminación de líquidos en el cuerpo.
6. Enemiga del cáncer
Un grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Madrid descubrió que la piel externa de la cebolla es rica en un conjunto de sustancias que ayudarían a prevenir el cáncer. Los compuestos azufrados, la quercetina y el selenio resultarían útiles en la prevención de la enfermedad por sus efectos antioxidantes.
7. Contra las dolencias respiratorias
La cebolla es uno de los remedios más tradicionales, efectivos y reconocidos para resfriados, gripes, catarros, bronquitis, congestiones nasales ya que facilita la expectoración, calma la tos y limpia las vías respiratorias. Además, tiene propiedades antivirales y bactericidas lo que ayuda a quien la consume a aumentar sus defensas.
8. Aliada contra la impotencia sexual
En la antigua Roma, la cebolla se consumía para aumentar la libido. El poeta Ovidio recomendaba su consumo e indicaba que en el caso de los hombres, las cebollas añadían virilidad, y en las mujeres, purificaban la sangre. Es un reconstituyente sanguíneo que ayuda a que la irrigación del pene sea mejor; por lo que es considerada un alimento afrodisíaco.
9. Ayuda a bajar de peso
La cebolla no tiene ninguna propiedad específica adelgazante pero juega un papel muy importante en las dietas para bajar de peso, ya que tiene la capacidad de bajar los niveles de colesterol y trigliceridos. Además, tiene bajo contenido energético debido a su elevado porcentaje de agua y su bajo contenido en grasas.
10. Amiga de la piel
Pocas veces se habla del gran poder cicatrizante y emoliente de la piel que tiene la cebolla. Los compuestos azufrados que contiene están especialmente indicados para mantener la piel sana. Se emplea en forma tópica para disminuir las arrugas de la cara, eliminar el acné, estimular el folículo piloso, eliminar la caspa, conservar el cabello y desinfectar heridas.