Un nuevo sistema de realidad virtual, todavía en fase de perfeccionamiento, es capaz de hacer cosas como ayudar al usuario a aprender a hacer ejercicios físicos especializados como el squat (sentadilla o cuclilla), un tipo de ejercicio físico para fortalecer sobre todo los músculos de muslo, cadera y glúteos, y útil para el levantamiento de pesas.
La nueva tecnología, fruto de los esfuerzos del equipo de Mario Botsch, Stefan Kopp y Thomas Schack, de la Universidad de Bielefeld en Alemania, ayudará no solo a los atletas, sino también a los pacientes en rehabilitación física, a aprender ejercicios basados en movimientos muy específicos y a corregir sus errores.
En el nuevo sistema, se utiliza una configuración con dos pantallas de proyección (frontal y en el suelo) para simular un entorno virtual, que se genera por ordenador. Los participantes utilizan unas gafas estereoscópicas, similares a las gafas 3D que se llevan en los cines. La principal diferencia aquí es que la imagen es ajustada de forma precisa, con arreglo a la posición y a la dirección hacia la que mire el usuario, lo que crea una impresión de estar realmente en el gimnasio y de tener al entrenador justo enfrente. Cada usuario se coloca sobre la ropa marcadores reflectantes que son seguidos por cámaras infrarrojas. Esto permite al sistema seguir de manera precisa los movimientos de la persona.
Cuando el usuario entra en el sistema, lo primero que ve es una imagen virtual de él mismo en el espejo del espacio virtual de entrenamiento. Con la imagen virtual en el espejo, los usuarios pueden observarse visualmente y comprobar cómo están efectuando los ejercicios.
En el futuro, está previsto que el nuevo sistema haga mucho más que enseñar cómo hacer un squat. La planeada variedad de actividades incluirá ejercicios gimnásticos diversos, tai chi, yoga, o, por ejemplo, cómo mover un palo de golf para lograr un buen golpe. Además de para atletas, este sistema también será de gran utilidad para pacientes en rehabilitación física, por ejemplo, para tratar problemas de movilidad debidos a una enfermedad o una lesión.
La realidad virtual es un campo en pleno avance, y sus aplicaciones para el futuro cercano no dejan de aumentar. Otro trabajo reciente, que se suma al descrito en este artículo, es el llevado a cabo por el equipo de Chris Brewin (University College de Londres en el Reino Unido) y Mel Slater (ICREA-Universidad de Barcelona en Cataluña, España). Se trata de una terapia de realidad virtual inmersiva que podría ayudar a las personas con depresión para ser menos críticas y más compasivas consigo mismas, reduciendo los síntomas depresivos, según los resultados de la investigación. La terapia, probada previamente con voluntarios sanos, ha sido utilizada por 15 pacientes de depresión con edades comprendidas entre los 23 y los 61 años. Nueve indicaron menores síntomas de depresión un mes después de la terapia, de los cuales cuatro experimentaron una reducción clínicamente notable de la gravedad de su trastorno.