Este fue uno de los descubrimientos del psicólogo y biólogo Juan Pablo López, invitado especial de la Universidad Nacional de Colombia y candidato a doctor de la Universidad de McGill en Montreal, Canadá, donde adelanta estudios sobre desórdenes psiquiátricos.
El experto, quien ofreció una conferencia en el Instituto de Genética de la U.N., señaló la importancia de trabajar en la comprensión de los trastornos mentales para desarrollar tratamientos adecuados según el caso específico de cada paciente.
“Debemos seguir avanzando en el campo de la psiquiatría, como se ha hecho en enfermedades como el cáncer, estamos muy retrasados y aún no sabemos qué pasa en el cerebro de las personas”, explicó el experto.
Para su tesis de doctorado, el investigador analizó los cerebros de aquellas personas que sufrían depresión y llegaron al suicidio, y los comparó con los estudios de las personas psiquiátricamente normales.
“En un primer estudio encontramos que una molécula específica, llamada microARN 1202, presentaba niveles muy bajos en los cerebros de las personas depresivas”, explicó el académico.
Según los análisis, la molécula solo está presente en los primates y es la encargada de reclutar la glutamina, un aminoácido que interviene en la exaltación de las personas ante ciertas situaciones, actividades o estímulos del ambiente.
“Concluimos que si se regulan los niveles de este microARN se disminuiría la depresión, porque el medicamento estaría trabajando sobre la causa de la enfermedad”, anotó.
Durante la investigación se encontró que estas moléculas podían ser identificadas no solo en el cerebro, también al practicar exámenes de sangre los pacientes podían captar el microARN, que presenta niveles irregulares y analizar, además de cómo responde a los medicamentos.
En la segunda fase, analizaron el comportamiento de 500 pacientes medicados con antidepresivos que ayudarían a estabilizar el nivel de su ARN y observaron un cambio positivo durante el tratamiento.
“La idea era analizar la respuesta de los pacientes y ver qué marcadores biológicos nos podían dar información que definiera la causa específica de su depresión, de manera que se pudiera formular una medicina adecuada para su padecimiento”, explicó el investigador.
Los hallazgos son un primer paso para diseñar mejores tratamientos y seguir estudiando cuáles funcionan mejor según el tipo de paciente. Al respecto, agrega: “se está avanzando hacia la medicina 100 % personalizada, porque se pueden desarrollar medicamentos que podrían servirle a solo una persona”.
Para el futuro, se espera que cuando un paciente visite el psiquiatra se pueda hacer uso de toda esta información y así evitar tratamientos que no correspondan a su trastorno particular. “Podemos ahorrarnos mucho tiempo y evitarle sufrimiento a las personas, si se les formula el tratamiento que necesita. Aún falta mucho trabajo para eso, pero estamos dando pasos para acercarnos”, concluye.
Fuente: UN/DICYT