Cada año, miles de personas se pierden en bosques y áreas montañosas. Solo en Suiza, los centros de emergencias responden anualmente a alrededor de mil llamadas de excursionistas heridos o perdidos. Pero los drones pueden complementar de forma efectiva el trabajo de los equipos de rescate. Dado que son baratos y que pueden ser rápidamente desplegados en gran número, reducen sustancialmente el tiempo de respuesta y el riesgo de lesión tanto para las personas perdidas como para los equipos de rescate.
El equipo del profesor Davide Scaramuzza, de la Universidad de Zúrich (UZH) en Suiza, ha desarrollado un software de inteligencia artificial para enseñar a un pequeño cuadricóptero a reconocer y seguir senderos forestales de manera autónoma. Este logro, toda una novedad en los campos de la inteligencia artificial y de la robótica, significa que los drones podrían ser pronto usados en paralelo con los equipos de rescate para acelerar la búsqueda de personas perdidas en grandes espacios naturales.
Aunque los drones convencionales ya están siendo usados comercialmente, no suelen volar muy cerca del suelo o de otros obstáculos, al menos de manera autónoma, ya que eso exige un nivel muy alto de computación del cual carecen. En entornos con muchos obstáculos, como por ejemplo un bosque lleno de árboles, cualquier pequeño error puede suponer una caída y destrozos potencialmente graves para el dron accidentado.
El dron usado por los investigadores suizos observa el entorno a través de un par de pequeñas cámaras, similares a las empleadas en los smartphones (teléfonos inteligentes). En vez de depender de sensores sofisticados, su dron utiliza algoritmos de inteligencia artificial muy potentes para interpretar las imágenes y para reconocer senderos y otros rasgos útiles para su labor de búsqueda. Si un sendero es visible, el software dirige el dron en la dirección correspondiente.