DICEN PUNTO COM
Santo Domingo .- Mañana se estrena “A orillas del mar”, una película dramática de Bladimir Abud. Este segundo largometraje de ficción que llega a las pantallas de cine local, luego de la comedia “Mi suegra y yo”, de Roberto Ángel Salcedo, mueve a reflexionar sobre la calidad de estos dos géneros y lo exitoso que han sido en el país.
Pese a la idea generalizada que tiene el gran público, de que las películas cómicas son de menos calidad frente a las dramáticas, estas últimas son las menos favorecidas por la audiencia. Esto, por el hecho de que las primeras no tratan un tema “serio”.
Muestra de ello es como “Tubérculo Gourmet” ha llevado casi medio millón de personas a las salas de cine desde su estreno el pasado 26 de noviembre. “A la gente le gusta más las comedias, malas o buenas, ese es el problema, que las encuentren buenas”, opina el crítico de cine y escritor Armando Almánzar.
Lamenta que mucha gente que sostiene de manera orgullosa que no ven cine dominicano, tampoco van a ver las que los críticos recomiendan como buenas producciones.
Con más de 50 años de ejercicio, Almánzar entiende que en la filmografía nacional, desde “Un pasaje de ida”, de 1988 y dirigida por Aglibero Meléndez, los dramas han brillado por su calidad frente a las películas humorísticas. “De las comedias, las únicas que han tenido calidad han sido “De pez en cuando” (Francisco Váldez, 2014) y “¿Quién manda?” (Ronni Castillo, 2013), pero después todo es bazofia”, sostiene Almánzar.
Enfrentados a esta opinión, sus colegas en la crítica de cine, Félix Manuel Lora y Orlando Santos, tienen otro punto de vista. Ambos consideran que en los últimos 25 años de historia, de la filmografía nacional las comedias han tenido mayores niveles de calidad que las historias dramáticas.
“Comedias. Aunque parezca extraño, ellas han aportado más sobre nuestra idiosincracia que los dramas, porque reflejan sin tapujos parte de nuestro comportamiento social”, considera Lora, quien entiende que en los dramas se tiende a crear contextos fuera de nuestra realidad.
Santos dice que en cantidad hay mejores películas cómicas, y hace mención de producciones como “Nuebayol”, “Perico ripiao”, ambas de Ángel Múñiz, de 1995 y 2003, respectivamente, “Sanky Panky”, de José Enrique Pintor, de 2007, y hace una mención especial a “¿Quién manda?”, las cuales compara con por ejemplo, “Dólares de arena” (Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas, 2014), “La Gunguna” (Ernesto Alemany, 2015) o “La lucha de Ana”, (Bladimir Abud, 2012).
Algo que reprocha Santos a muchos de las películas dramáticas que se realizan en nuestro país es el hecho de que la postproducción está inacabada, algo que entiende no pasa con producciones de Roberto Ángel Salcedo, Archie López o Alfonso Rodríguez.
Pero la idea de que el cine dramático es más importante que el de humor no, no es exclusiva de nuestro país y como muestra solo hay que ver las pocas veces que son tomadas en cuenta estas últimas en una premiación como el ”scar. “Eso es una pena porque uno de los géneros mas difíciles de hacer es la comedia”, recuerda Santos, quien escribe en su página www.cinedominicano.net, y es uno de los conductores del programa de radio “Primera toma” que se transmite por Fidelity 94.1.
“Se tiende a pensar que cuando se hace un drama es cine serio (en los dramas también hay sus errores), porque se aleja de la comedia fácil y no necesariamente es así”, considera Lora, profesor de la Universidad Católica Madre y Maestra.
Fuente: Listin Diario
