Estados Unidos .- El partido del Siglo, ¿no? Pues vaya baño (hasta +32…). Stephen Curry y los Golden State Warriors pasaron literalmente por encima de unos San Antonio Spurs que, simplemente y aunque parezca una locura decirlo, no pudieron competir contra el mejor equipo del planeta.
No hay rival, así de fácil. Los de Oakland han destrozado lo que muchos entendíamos por baloncesto. Ni siquiera el mejor rival, en quizás en su mejor momento, es capaz de hacerles frente.
Son superiores en todas las facetas del juego. Cuando quieren, claro está. La realidad es que de los 45 partidos que han disputado esta campaña (41-4) no habrán jugado al límite en ninguno.
Y lo digo así porque es la sensación que me dio cuando alcanzaron el primer +15 ayer (88-0 desde el inicio de la temporada pasada cuando han alcanzado esa ventaja). Si los actuales Spurs no son capaces de que Curry tenga que disputar el cuarto cuarto.
Lo dicho: no hay rival. Hablamos del mejor jugador del mundo (sin discusión posible) y del mejor equipo que la NBA ha visto en mucho mucho tiempo. Probablemente, uno de los más grandes de la historia.
Un MVP de otra galaxia:
37 puntos en 28 minutos, seis triples en solo nueve intentos y todo el último cuarto en el banquillo porque ¿para qué más? Stephen Curry volvió a demostrar que, ahora mismo, no hay nadie capaz de hacerle sombra. Y en ese ’nadie’ podemos incluir desde hoy a la mejor defensa de la NBA, al equipo que mejor defiende el triple y, casi con toda seguridad, al mejor defensor de esta nuestra galaxia: Kawhi Leonard.
El alero no estuvo a la altura, y no creo que tenga ninguna culpa. Hablamos de la tarea más difícil que le puede pedir un entrenador a un jugador en estos momentos sobre una cancha de baloncesto: intentar detener a los Splash Brothers.
Tanto él como Green sufrieron la puerta atrás de Klay Thompson (repetidas veces) antes de que Curry le pusiera unos patines y le hiciera dar un par de vueltas de campana. Al mundo no le falta razón: un gran ataque siempre bate a una gran defensa. Por cierto, Curry llegó ayer a los 10.000 puntos y a los 1.400 triples.
La peor pesadilla de Popovich:
Si hay algo que el técnico de los Spurs habrá repetido hasta aburrir a jugadores, asistentes y puede (no lo descarto…) que a su propia familia, es que no se han de cometer pérdidas de balón contra el equipo que mejor las aprovecha. Regalar puntos en transición a los Warriors es como hacerse el Harakiri.
Pues bien, con nueve minutos de partido disputados, los visitantes habían dejado escapar siete posesiones y los de La Bahía ya lideraban las estadística de puntos tras pérdida por 12-0. Ganarles parece imposible, pero si encima les conceden ventaja.
Hasta 26 pérdidas acumularon los hombres de negro, su peor marca en las últimas seis temporadas (vía StatMuse).
Una derrota más que dolorosa:
En solo unos días, los Cavs han sufrido su peor derrota de la temporada, lo mismo les pasó a los Bulls y tampoco ha habido suerte para los Spurs. La apisonadora de Oakland ha dejado claro en solo una semana que está a otro nivel, que, como he dicho antes, no hay rival (al menos por ahora).
Los texanos solo habían perdido seis de los 44 partidos que habían disputado, con un déficit total de -33, sumando todas las derrotas, y ayer cayeron por ¡30 puntos! contra los vigentes campeones. Duele…
Tim Duncan:
El gran ausente. Timmy se perdió el duelo con molestias en la rodilla derecha, pero no nos engañemos: ningún jugador sería capaz de cambiar tanto a un equipo como para evitar el descalabro que hemos presenciado.
Aun así, y viendo lo mal que lo ha pasado ahí fuera LaMarcus Aldridge (no está acostumbrado a estos bailes, le queda grande), no me cabe ninguna duda de que Duncan habría sido y será en futuros enfrentamientos una pieza básica para la esperanza Spur. David West es un veteranazo y cumplirá siempre (12 puntos), para eso llegó a El Álamo el pasado verano.
Pero, contra un Draymond Green imperial (11 puntos, nueve rebotes, seis asistencias y el mejor en el +/-: +29), los Spurs van a necesitar mucho más que eso; van a necesitar al Duncan de 30 años que se sigue paseando con 39 para 40 por los parqués de toda la liga: ¿el último rodeo de Timmy?
El Oracle Arena
No es fácil hacer la comparación de los banquillos en un encuentro decidido tras tres cuartos y en el que el quinteto de los Spurs no era el que tocaba (Duncan). Sin embargo, y después de dejar claro que se salió un tipo que llegó a pensar que no volvería a jugar al baloncesto hace unos años (Livingston, 13 puntos, 6-6 en tiros, +13), sí podemos hablar de la importancia del factor ’Oracle’.
Con la victoria de ayer, los Warriors (¡Cómo gritaba la gente!) ya poseen la tercera mejor marca de la historia en su casa: 39 triunfos consecutivos. Y, además, vuelven a igualar a aquellos maravillosos Bulls de los que tanto hemos hablado y hablaremos esta temporada: 41-4, con el 72-10 en la cabeza.
Espero que hayan disfrutado tanto como un servidor. Y no por la victoria de los de Oakland, ni tampoco por la derrota de los Spurs, sino por el canto al baloncesto que ha liderado aquel del que preocupaban sus tobillos. Sencillamente genial.
Fuente: As.com