Jefe de observadores electorales en Haití “moderadamente optimista”

PUERTO PRÍNCIPE. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas que debían haberse celebrado el domingo en Haití se aplazó indefinidamente, por lo que Celso Amorim, el jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) pide a los actores políticos involucrados “compromiso”.

Pregunta: ¿Considera que la suspensión de las elecciones fue una medida apropiada para hacer frente a una oposición contraria a estas elecciones y los ataques a las oficinas electorales de la semana pasada?

Respuesta: “El consejo electoral provisional explicó que se trataba de una decisión por razones de seguridad. Pero, por supuesto, aunque esa no fue la razón alegada, me parece que una elección que no sería competitiva, con un solo candidato era muy difícil, aunque técnicamente se podría considerar correcta. La legitimidad y la aceptación popular de la nueva autoridad habría sido muy débil y habría sido difícil enfrentar las consecuencias (…). Un vacío de poder puede llevar a la violencia y se puede entrar en un círculo vicioso. Espero que podamos llegar a un consenso mínimo que permita elegir a los representantes con una legitimidad más amplia”.

P: ¿Cree que el diálogo, al que usted apela existe hoy en día entre los actores políticos involucrados en esta crisis electoral?

R: “No conozco todos los detalles, pero siento, después de lo que he leído y las conversaciones que he tenido, que hay un esfuerzo de negociación. ¿Hemos sido capaces de reunir a todos los actores para que participen en las negociaciones? No lo sabría decir. Personas de importancia en el sector económico o político están implicadas en este esfuerzo y, creo, tienen esperanza (…). La democracia es eso: ser capaces de entender que no puedo tener todo lo que quiero. Hay que aceptar al otro, hacer concesiones. Como el país ha conocido, lamentablemente, periodos muy largos de dictadura, es difícil. Hace falta tener un espíritu conciliador. Después de lo que he escuchado hasta ahora, soy moderadamente optimista, pero no estoy seguro.

P: La ONU tiene una misión en Haití desde hace 12 años con un mandato para trabajar en la seguridad y la estabilidad política del país. ¿No cree que estas elecciones, disputadas y canceladas, son la prueba del fracaso de la intervención internacional en Haití?

R: “No podemos y no debemos hacer aquéllo que incumbe a los haitianos. Ellos deben comprender lo que es necesario para su democracia: la pluralidad, las diferencias de opinión, el respeto por los demás y unas buenas elecciones. Nosotros no podemos hacerlo desde el exterior. Sólo podemos garantizar condiciones que promuevan estas posibilidades (…). Creo que en Haití, falta mucha confianza. ¿Qué puede hacer la comunidad internacional? La policía puede detener a alguien que comete un delito, pero no puede obligar a una persona a amar a otra. Hay que respetar la evolución de Haití (…). La OEA no está aquí para ayudar a la oposición o al gobierno. El problema es un problema de credibilidad y el pueblo haitiano debe juzgar. No Estados Unidos ni la OEA ni la Unión Europea”.

Siguen protestas en Haití

Partidarios del oficialismo y de la oposición midieron hoy fuerzas en las calles con manifestaciones en distintos puntos en medio de la crisis electoral que vive el país, que no ha podido elegir al sucesor de Martelly, que debe dejar el poder el 7 de febrero próximo.

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