Estados Unidos .- Los Broncos probablemente jugaron el partido defensivo perfecto. Una lección de cómo estirar la manta para que les consiguiera tapar los pies y la cabeza.
Esa es la razón por la que ganaron un partido en el que la sensación era que permanentemente había en el campo catorce o quince jugadores defensivos de Denver contra siete u ocho de New England. Pero quería repasar algunos detalles que quizá puedan ser clarificadores:
A Tom Brady le partieron la cara (casi literalmente).
Los Patriots intentaron pasar el balón en 60 ocasiones. 56 en los que Brady logró que el balón saliera de sus manos y cuatro sacks. Pero independientemente de esas capturas, el quarterback fue golpeado en 20 jugadas. ¡El 33% de los snaps de pase! Es la cifra más alta de cualquier partido de toda la temporada 2015. Balón del partido para Wade Phillips.
No funcionó el pase rápido.
Cuando Tom Brady tiene problemas en la línea suele solucionarlos lanzando el balón con rapidez. Su release es uno de los más rápidos de toda la NFL. Sin embargo, contra los Broncos no pudo hacerlo porque todas las rutas de pase corto e intermedio quedaban cerradas de inmediato. Edelman y Gronkowski estuvieron en doble cobertura todo el partido, y con los defensas pegados como lapas. Amendola también se encontró con una sombra pegada a su espalda en cuanto los Broncos vieron que Brady había girado la mirilla hacia él, y los pases de seguridad a los corredores nunca funcionaron demasiado bien por la velocidad lateral de la defensa rival.
No pudo jugar en no huddle.
El ataque de los Patriots se movía a trancas y barrancas. En ningún momento cogió velocidad, por lo que Tom Brady no pudo poner en marcha su habitual rodillo en no huddle (ataque sin reunión previa). New England no tuvo la iniciativa ni siquiera en los drives en los que conseguían mover las cadenas a duras penas.
La línea ofensiva nunca ajustó.
Cuando una línea permite que su quarterback sea golpeado en una de cada tres jugadas, y abre puertas para que la carrera solo avance 2,6 yardas por intento, se puede decir que ha tenido una actuación nefasta. Pero lo malo no fue que en muchas ocasiones los jugadores no sabían a qué defensor tenían que bloquear, y dabas manotazos al aire mientras sus rivales les flanqueaban por derecha e izquierda, sino que en ningún momento fueron capaces de ajustarse y mejorar el rendimiento. De hecho fueron de mal en peor. Ni siquiera las lesiones que se iban acumulando en la defensa de Denver aliviaron el problema.
Denver presionó con lo mínimo.
La Clave para que Denver tuviera oportunidad de ganar este partido era que pudieran presionar a Brady con muy pocos jugadores, para poder acumular elementos en la secundaria. Los Broncos fueron alternando presión con cinco, cuatro o tres jugadores. Y lo mejor es que incluso con un simple tridente pusieron a Brady en apuros. Cuando ejecutaron el pass rush sólo con tres tipos, tuvieron además la ventaja de mantener a otros tres jugadores sobre Gronkowski, que durante la segunda mitad necesitó oxígeno y terminó con calambres. Esta cobertura es esencial, porque es la válvula de escape preferida de Brady y estaba anulada cuando la presión sobre él, en teoría, era la menor del partido.
La añoranza de LeGarrette Blount.
La lesión de Blount marcó un antes y un después en la temporada de los Patriots. Es verdad que el juego de McDaniels es eminentemente pasador, pero Blount era vital para fijar a los front seven rivales y convertir el peligro terrestre en un factor. De hecho, Blount suele hacer todos los partidos una o dos carreras para mucha ganancia de yardas. Tras su ausencia, los rivales de New England se han podido desentender de la carrera interior sin miedo para acumular jugadores en otros menesteres. Por algo será que Belichick dedicó el último mes de temporada a buscar soluciones para un problema que a la larga ha sido letal para ellos. Los de Bostn insistieron con carreras en primer down durante casi toda la tarde, pero fue como regalar un intento a sus rivales.
Blount como bloqueador.
Además de su peligro como percutor interior, Blount ha jugador muy bien como bloqueador desde el backfield. Esa ha sido una de las claves que ha permitido a McDaniels y Belichick reinventar en los últimos años la posición de tight end. No hay que olvidar que era muy habitual que usaran a Aaron Hernandez desde el backfield para que pudiera convertirse en bloqueador, receptor o incluso corredor según las necesidades. Contra los Broncos, la línea ofensiva de New England prácticamente siempre estuvo formada por solo cinco jugadores sin ayudas. Una locura.
LaFell y White.
Brandon Lafelll no existió. Simplemente era inalcanzable para un Brady que no tenía tiempo para plantearse un pase largo. James White sí que fue válvula de escape de Brady desde un principio, pero a partir de un momento comenzó a formar como receptor abierto, llevándose siempre consigo a un linebacker, y aunque Brady le buscó, nunca estuvo ni cerca de conseguir romper por ahí.
El error de Gostkowski.
El kicker de los Patriots es uno de los más seguros, y con pierna más potente, de toda la NFL. Su error en el extra point del primer touchdowns de los Patriots no es achacable a ningún factor externo. Le pegó picuda. Y a la larga se convirtió en decisivo. ¿Perdieron los Pats por ese error? Creo que la diferencia de ocho puntos marcó el devenir del partido, y que los ataques eran incapaces de imponerse, pero la penalización de Wolfe por violencia innecesaria, o la de Keo, safety de Denver, por un golpe en la cabeza, también fueron importantes y muy inoportunas.
Los dos field goals no intentados.
Con 6:46 por jugar, los Patriots decidieron intentar un 4ª y 1 en la yarda 16 de Denver. A falta de 2:30, y con todos los tiempos muertos sin consumir, también decidieron jugarse un cuarto intento, esta vez de seis yardas. Fue sorprendente que teniendo enfrente un ataque inoperante de Denver, que en la segunda mitad sufrió un tres y fuera en cuatro de sus seis series, y con su defensa jugando a un nivel altísimo, el habitualmente conservador Bill Belichick fuera tan atrevido. Al final del encuentro, cuando le preguntaron sobre el asunto, dijo que en todos los partidos hay dos o tres decisiones de las que uno se arrepiente.
Los nervios de Tom Brady.
Brady no jugó bien. Se le vio siempre descentrado, con gesto molesto, y sin conseguir meterse nunca en el partido. Solo durante unos pocos snaps del tercer cuarto volvió a poner esa mirada suya asesina, pero Von Miller se la quitó de inmediato de un trompazo. Cuando Tom está amedrentado lanza los pases muy bajos, y durante todo el encuentro estuvo buscando las rodillas de sus receptores.
Peyton puso pinceladas
La mejor serie ofensiva de todo el partido fue la primera de Los Broncos, que terminó con pase de touchdown de Manning a Owen Daniels. A partir de ahí, el quarterback solo apareció con chispazos siempre oportunos. En la segunda mitad ni siquiera eso. La única anotación de los Broncos llegó tras una carrera de 30 yardas de Anderson que dejó a su equipo en la zona roja.
El pase atrasado de Manning.
Independientemente de si era un pase bueno o malo, Hillman hizo muy poco para intentar recuperar la pelota, que fue devuelta a los Patriots tras una revisión. Sorprendente revisión por otro lado.
Fuente: As.com