MADRID. El Ministerio español de Exteriores convocó hoy al embajador de Venezuela en Madrid para expresar el rechazo por las palabras del presidente Nicolás Maduro en las que califica al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, de “intervencionista, racista y colonialista”.
Así lo explicó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en una rueda de prensa al ser preguntada por el viaje en el que participaron miembros de Podemos, los independentistas catalanes de la CUP y el entorno de ETA, que se desplazaron a Caracas en un avión oficial de la Fuerza Aérea venezolana, sobre el que también España pide explicaciones.
“Es una injerencia muy importante en los asuntos del Estado español que se organicen viajes de esta naturaleza, viajes privados, pero en aviones de titularidad pública, para abordar un plan de paz en el País Vasco y el derecho de autodeterminación de los pueblos de España”, dijo la vicepresidenta.
Sáenz de Santamaría consideró “obligado y muy necesario” el hecho de convocar al embajador venezolano y apostilló: “Lo que somos los españoles lo decidimos los españoles, conjuntamente (…) No creo que ir a tomar apuntes a Venezuela en la situación política y económica en la que estamos sea lo más acertado”.
El embajador Isea fue recibido a las 13:45 horas en el Ministerio de Asuntos Exteriores español, por el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea, quien le manifestó su sorpresa por las declaraciones de Maduro, máxime cuando la prensa española se hace eco de ese viaje a Caracas.
Según un comunicado de Exteriores, Gómez de Olea, en nombre del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, le pidió explicaciones al embajador por el polémico viaje cuyo objetivo era hablar, entre otras cuestiones, sobre el principio de autodeterminación de los pueblos de España” lo que “contradice frontalmente los principios de la Constitución”.
También se trasladó al embajador venezolano la “preocupación” por la situación económica en el país latinoamericano y la voluntad de España de contribuir a paliar los efectos humanitarios de dicha situación.
Para ello, según el comunicado del Ministerio, el Gobierno español está dispuesto a coordinar planes de ayuda humanitaria con las autoridades venezolanas y en el seno de la UE.
Hace dos días el presidente Maduro acusó a Rajoy de tener una “actitud intervencionista, racista y colonialista”, un día antes Rajoy afirmó que la situación política y económica venezolana “no es buena” y exigía a sus dirigentes que conviertan a Venezuela en un país libre y democrático.
Esta es la cuarta vez desde diciembre de 2014 que España convoca al embajador de Venezuela.
La última fue el 27 de julio pasado para trasladar a Mario Isea “el rechazo y el malestar” del Gobierno por los “inaceptables insultos” a Rajoy de Maduro, quien le llamó “sicario”.
La anterior fue el 15 de abril también del año pasado cuando se convocó al embajador para trasladarle su malestar por los “insultos y amenazas” contra España de Maduro al tachar a Rajoy de “racista”.
El detonante en esa ocasión fue la aprobación en el Congreso de una resolución que pedía la liberación de los opositores venezolanos presos Leopoldo López y Antonio Ledezma.
Al otro lado del Atlántico, el Gobierno de Maduro convocaba al embajador español en Caracas, Antonio Pérez-Hernández y Torra, para comunicarle que iba a llevar a cabo una “revisión exhaustiva” de las relaciones bilaterales.
Tan sólo una semana después, el 22 de abril, España llamaba a consultas a su embajador en Caracas en señal de protesta por la “escalada de insultos, calumnias y amenazas” de Maduro contra España y sus instituciones.
Maduro había acusado al Gobierno de “apoyar al terrorismo” en Venezuela y de formar parte de una “conjura internacional” para derrocarlo. Acusó además a Rajoy de formar parte de “un grupo de bandidos, de corruptos y de ladrones”.
La llamada a consultas es una herramienta de protesta diplomática que supone la retirada temporal del embajador durante un periodo de tiempo indeterminado, aunque Pérez-Hernández y Torra regresó a principios de mayo del año pasado a Caracas.
La primera vez que el Gobierno de Rajoy convocó al representante diplomático venezolano fue el 13 de diciembre de 2014 cuando el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, transmitió el malestar de España al encargado de Negocios, Julio García Jarpa.
Exteriores convocó al “segundo” de la legación diplomática porque el embajador había sido llamado a consultas en octubre de 2014 por Maduro “en el marco del proceso de revisión integral” de sus relaciones con España, después de que Rajoy se reuniera con Lilian Tintori, esposa del opositor López.