SANTO DOMINGO. La Conferencia del Episcopado dominicano llamó hoy a prestar atención a los inmigrantes haitianos, invitando a ayudarles a integrarse a la sociedad y darles acogida, además de buscar soluciones solidarias los que “son privados de documentos o se les niega sus derechos básicos”.
“Acogemos el llamado sobre el tema migratorio que nos hiciera el Papa Francisco, en nuestra última visita Ad Límina, a tener una atención pastoral caritativa con todos los inmigrantes –en especial a los de la vecina República de Haití-, así como ayudarles a integrarse en la sociedad y darles nuestra acogida en la comunidad eclesial”, expresan en su carta pastoral difundida hoy y que centra su mensaje en la misericordia, tema declarado como eje del año por el pontifice.
A continuación agregan que “también asumimos la exhortación a brindar nuestro apoyo ‘a las autoridades civiles para alcanzar soluciones solidarias a los problemas de quienes son privados de documentos o se les niega sus derechos básicos’.
En la nota de pie de página del documento se indica que esta última exhortación es señalada en el discurso el Papa Francisco a los obispos dominicanos durante su visita al Vaticano el pasado 28 de mayo de 2015.
Durante esa visita, de acuerdo con informes de las agencias internacionales de prensa, el Papa Francisco expresó a los obispos de República Dominicana que “la atención pastoral y caritativa de los inmigrantes, sobre todo a los provenientes de la vecina Haití, que buscan mejores condiciones de vida en territorio dominicano, no admite la indiferencia de los pastores de la Iglesia”.
Elecciones y corrupción
En cuanto a las próximas elecciones de mayo, los líderes de la iglesia católica se limitaron a dirigir su atención a lo que consideraron como “la devaluación de la credibilidad en el ejercicio de la política” debido a las promesas incumplidas de los políticos cuando asumen cargos en la dirección del Estado.
“La gente percibe que la política es un negocio de fácil enriquecimiento para unos pocos que logran escalar a puestos dirigenciales en el tren gubernamental, y no un ejercicio de servicio a la sociedad y al bien común. Los engañados por falsas promesas electorales claman misericordia”, indicaron en el documento.
Expresaron además su preocupación ante la corrupción, cuya práctica afirmaron desvía los recursos económicos que deben ser dirigidos a satisfacer las necesidades básicas de la población, como educación, vivienda, alimentación, salud, seguridad, justicia, salarios dignos.
“La corrupción crea una escandalosa situación de inequidad y desigualdad social, ensanchando la brecha entre personas que se han hecho ricos como por arte de magia, sin otra justificación que haber pasado por el tren administrativo público y una gran mayoría de personas honestas que apenas logran sobrevivir con el esfuerzo de toda una vida de trabajo”, recalcaron.
Sostuvieron que “la impunidad y la complicidad han sido los mejores aliados de los corruptos en los sistemas políticos en todo el mundo”.
“La impunidad es la mejor manera de incentivar a los corruptos a apropiarse de los bienes del pueblo y al mismo tiempo una manera de mal educar a las nuevas generaciones”.
Inseguridad y violencia
Los obispos dominicanos también expresaron sus consideraciones ante la inseguridad y criminalidad, afirmando que “es altamente preocupante el alto nivel de violencia que ha ido permeando todas las esferas sociales de nuestro país” que va desde “segar la vida de un ser humano por un simple celular, hasta tener que soportar la vergüenza de presenciar la implicación en no pocos hechos delictivos de miembros de las mismas instituciones encargadas de garantizar el orden público y combatir la violencia, así como de la seguridad ciudadana y nacional”.
Además, apuntaron su preocupación por “la violación del sagrado derecho a la vida desde sus inicios”, reiterando su posición frente al aborto en cualquier circunstancia. “La vida, ese don supremo de Dios, es amenazada desde el mismo seno materno así como también por el creciente clima de violencia. Las vidas indefensas también claman misericordia”.