CIUDAD DEL VATICANO. Algunos durmieron, otros se revolvieron inquietos, algunos sonrieron, otros gritaron y unos pocos recibieron el nombre de Francesco o Francesca. El papa Francisco recibió el domingo a 13 niños y 13 niñas en la Iglesia católica en una ceremonia anual que marca el día en el calendario litúrgico en el que Jesús fue bautizado.
Los gorgoteos y llantos casi ocultaron el sonido del órgano y el coro, resonando en los suelos de piedra y los muros pintados de la capilla Sixtina.
En su homilía, improvisada y deliberadamente breve, Francisco instó a los padres a educar a sus hijos en la fe católica. Como hizo en años anteriores, dijo a las madres que alimentaran a sus bebés hambrientos.
“Un pequeño consejo a las mamás: Cuando un bebé llora porque está hambriento, aliméntenlo. Siéntanse libres de alimentarlo aquí”, dijo.