Nueva York. Los dos familiares del presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusados de narcotráfico en Estados Unidos se declararon hoy no culpables en una audiencia ante el juez, a la que asistieron numerosos periodistas y en la que tampoco faltaron las lágrimas.
Los acusados son Efraín Antonio Campo Flores, ahijado de Cilia Flores, la esposa de Maduro, y Francisco Flores de Freitas, sobrino político del presidente venezolano, que fueron detenidos el 10 de noviembre pasado en Haití y trasladados a Nueva York por agentes de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA).
Ambos comparecieron vestidos con los uniformes azul marino de la cárcel metropolitana en la que están encerrados desde el pasado 12 de noviembre.
El primero en entrar en la sala fue Campo Flores, que no disimuló sus lágrimas en una sesión atestada de periodistas.
El joven, de 29 años, miró en varios ocasiones al público y buscó la complicidad de su primo, Flores de Freitas, de 30 años, más entero, el cual le tranquilizó en varias ocasiones con la mirada.
Después de una primera audiencia de presentación el pasado 12 de noviembre, en esta ocasión los acusados, a los que algunos medios a venezolanos han apodado los “narcosobrinos”, tenían que hacer su declaración de culpabilidad o no culpabilidad.
En el caso de Campos Flores, el juez aceptó además su petición de sustituir a sus abogados privados de la firma Squire Patton Boggs por un letrado de oficio.
El ahijado de la esposa de Maduro presentó a la fiscalía una declaración financiera para atestiguar que no podía hacerse cargo de los costes de una defensa privada, lo que fue aceptado por el juez, Paul A. Crotty, quien confirmó como nuevo letrado de oficio para el joven a Kafahni Nkrumah.
El otro acusado, Flores de Freitas, está representado por los abogados Vincent Southerland y Jonathan Marvini.
La vista se desarrolló a partir de las 11.00 hora local (16.00 GMT) en la sede judicial del centro de Manhattan. El caso lo lleva la fiscalía federal del distrito sur de Nueva York.
En unas declaraciones a los periodistas, el nuevo abogado de Campos Flores, Kafahni Nkrumah, dijo que el legajo judicial es muy voluminoso y que había pedido tiempo al tribunal para poder hacerse cargo de la causa.
En consonancia con esa petición suya de alrededor de 60 días para preparar la defensa, el juez fijo la próxima audiencia para el 29 de febrero próximo, a las 12.00 hora local (17.00 GMT).
El letrado consideró normal que su defendido estuviera “nervioso” y que llorara en sus primeros minutos en el tribunal.
“Está nervioso. Está sin su familia, en un país extraño. Es consciente de a lo que se enfrenta, de la dureza de las consecuencias penales y del sistema criminal estadounidense”, explicó Nkrumah.
Los dos familiares de Maduro están acusados de conspirar desde octubre pasado para exportar droga a Estados Unidos desde Honduras en una cantidad que, según figura en el acta de acusación, era de al menos cinco kilos de cocaína y otras sustancias.
En caso de ser declarados culpables en el juicio, se enfrentan a una pena máxima de cadena perpetua.
El letrado de Campo Flores evitó hacer comentarios sobre la posibilidad de que el parentesco con Maduro pueda perjudicarlo, y se limitó a señalar que está “al día” de “lo que comentan los periódicos”.
Por otro lado, afirmó a los periodistas desconocer que exista una negociación con la fiscalía federal para llegar a un acuerdo de reducción de pena.
Nkrumah reconoció por otro lado que fue hoy mismo durante “unos pocos minutos” la primera vez que pudo hablar con su representado y a través de un intérprete.
La vista se produjo después de que el pasado 4 de diciembre el juez autorizara a la defensa de los acusados el acceso a “determinadas grabaciones y comunicaciones electrónicas” utilizadas en la causa por la Fiscalía.
El magistrado dio orden de poner a disposición de los acusados y de sus abogados estos materiales para preparar su defensa y sin poder hacerlos públicos a personas no autorizadas.
La audiencia de hoy tuvo lugar dos días después de que medios estadounidenses se hicieran eco de la intención de la Justicia de este país de intentar llevar ante los tribunales a dos generales venezolanos por recibir supuestamente sobornos de narcotraficantes.
Se trata del comandante general de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada), general Néstor Reverol, y de un antiguo oficial de la unidad antidrogas de Venezuela, el general Edilberto Molina, según informó el diario The New York Times.
En un comunicado referido a esa información, el Gobierno de Venezuela acusó hoy a EE.UU. de “terrorismo judicial y policial”.
Venezuela expresó “su más profundo rechazo a la política exterior estadounidense, que a través de terrorismo judicial y policial por parte de sus agencias nacionales y mediante campañas mediáticas mundiales, persigue, amenaza y coacciona el ejercicio del Poder Público venezolano”, señaló en un comunicado.