“Del color de la Noche” abre debate sobre vida y muerte de Peña Gómez

Santo Domingo .- Del Color de la Noche, segunda película del laureado autor de Pasaje de ida, Agliberto Meléndez, llega hoy a las salas de cine del país tras su gala premier el pasado martes en Caribbean Cinemas de Galería 360.

Para estar más o menos claros sobre lo político e ideológico en este filme, lo primero que resalta es su corte político (no militante, porque no responde a los ideales de Mayo 68) y obvia cualquier consideración extensiva de tipo ideológico, aunque el autor define la película como un abordaje de corte humano, y en esa tesitura solo se ocupa del aspecto del racismo, que incluso hizo que los enemigos de José Francisco Peña Gómez lo asesinaran moral y físicamente, según el guión.

Por momentos, la película toca instantes fundamentales del acontecer político dominicano reciente y eso la valida en términos históricos, porque, incluso, da testimonios y datos del propio Peña Gómez, como lo afirma el guionista y director, quien fue su cuñado y le acompañó durante muchos años, obteniendo su autorización para este filme.

Del Color de la Noche pone como verdad histórica asuntos tales como el origen natal de Peña, su tenacidad en sobreponerse a su condición social mediante el estudio y preparación intelectual, y sobre todo las traiciones de tipo político, supuestamente por racismo. (Digo supuestamente por racismo porque desde que inicia la película le da bastante espacio al tema, de una manera que llega a machacar y machacar como si no hubiese otras consideraciones capitales en la conducta traicionera de la política dominicana). En términos ideológicos, el filme se decanta por la vía de la política burguesa comprometida con las clases dominantes. En ese sentido, se ve la escena donde Peña Gómez reflexiona ante la guerra de abril de 1965 y pondera que el camino de las armas no era el indicado debido al poderío de las fuerzas invasoras, para a seguidas mostrar la mansa lucha política popular para alcanzar reivindicaciones de la masa pobre dominicana.

La película se va por ese camino de consideraciones personales de un Peña Gómez que nunca juzgó ni actuó su acción política y militante a remedo de consideraciones personales como la del segregacionismo racial de que era objeto.

La película como tal, retrotrae a la idea de que el individuo lo puede todo si se lo propone, para de inmediato citar la traición a muerte como único instrumento que le inmoviliza en cualquier tarea para alcanzar el poder. Entonces, como cine, no alberga preocupación alguna para la toma de conciencia, lo que bien logra el cine político militante cuando genera indignación y arrebato ante la opresión de las clases gobernantes de cuño despótico. En lugar de echar por tierra el mito de progreso y paz, de desarrollo democrático, de las clases dominantes dominicanas, la película elige como estrategia la autocrítica burguesa con intrigas palaciegas. Y eso, ligado a la multiplicidad de personajes en escenas claves, algunos ficticios y otros reales, tiende a confundir la historia, regodeándose con chismes y maniobras tramadas en el palacio por Balaguer y sus colaboradores, así como las de Antonio Guzmán y los mismos colaboradores siempre ligados a las clases dominantes.

Finalmente, por encima de sus obvias y grotescas deficiencias estéticas e históricas, Del Color de la Noche merece atención, al menos para conocer un poquito la historia personal de uno de los mayores líderes de masas del pueblo dominicano, y sobre todo para razonar un poco sobre ese statu quo actual del Partido Revolucionario Dominicano y a su irónica junta de pobres, clase media y burguesía.

Fuente: El Caribe

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