COLORADO SPRINGS. El presunto autor del tiroteo que dejó tres muertos y nueve heridos en una clínica abortista la semana pasada en Colorado compareció este lunes por primera vez ante un juez estadounidense, quien le adelantó que puede ser condenado a muerte.
“El cargo inicial (por los hechos) es asesinato de primer grado. La pena por este cargo es como mínimo cadena perpetua y como máximo, pena de muerte”, dijo el magistrado Gilbert Martine al acusado, Robert Lewis Dear.
El principal sospechoso, de 57 años, compareció por videoconferencia desde una cárcel del condado de El Paso. Impasible, con el cabello y la barba canosos despeinados y la mirada perdida, aseguró al juez no tener nada que decir.
Dear estuvo acompañado por su abogado, Daniel King, quien llevó la defensa de James Holmes, quien mató a 12 personas e hirió a más de medio centenar en 2012 en un cine de la localidad de Aurora.
Holmes escapó en agosto a la pena de muerte, pero pasará el resto de sus días tras las rejas sin opción a libertad condicional.
El juez fijó para el 9 de diciembre la vista en la que Dear será acusado formalmente de los cargos. Mientras, permanecerá detenido al no haber sido fijada ninguna fianza para salir libre con cargos.
La audiencia fue seguida en directo desde la sala por varios familiares de las víctimas.
Dear fue detenido el viernes por la noche en la ciudad de Colorado Springs tras casi seis horas de asedio a una clínica de Planned Parenthood, una entidad sin ánimo de lucro que ofrece planificación familiar, anticonceptivos y practica abortos.
La policía todavía debe hacer públicas las declaraciones que hizo durante los interrogatorios, en las que podría haber confesado sus motivos para perpetrar el tiroteo.
Algunos investigadores filtraron que habla del presidente estadounidense, Barack Obama, y de política.
Según Vicky Cowart, presidenta de Planned Parenthood en la zona de las montañas Rocosas, varios testigos del tiroteo aseguraron que Dear estaba en contra de las interrupciones de los embarazos.
“En los últimos meses hemos visto un alarmante aumento de la retórica del odio y las campañas de difamación contra pacientes y médicos. Esto estimula los actos de violencia”, afirmó en un comunicado.
Polémica
La matanza volvió a reabrir el debate sobre el uso y la cultura de las armas de fuego en Estados Unidos, que tanto divide a congresistas y ciudadanos.
Obama dijo el sábado “ya basta” y pidió reforzar los controles para detener el fácil acceso a las armas en el país.
La clínica había sido anteriormente blanco de numerosas protestas y contaba con un sofisticado sistema de seguridad, que la policía aprovechó para atrapar al atacante dentro del edificio.
Planned Parenthood se encuentra en medio de una controversia desde julio tras la difusión de unos videos en los que sus directivos discuten la venta de tejidos y un cambio de protocolo para preservar intactos algunos órganos, lo cual sería ilegal.
La organización recibe además fondos del Estado, aunque tan sólo una pequeña parte de ellos se destina a practicar abortos.
Las tres víctimas son Jennifer Markovsky, de 35 años, Ke’Arre Marcell Stewart, de 29, y Garrett Swasey, un policía de 44 que trabajaba en la Universidad de Colorado y que acudió a la escena de los tiroteos para ayudar a las fuerzas de seguridad.
Colorado Springs vivió hace unas semanas otro tiroteo mortal cuando un hombre armado con un rifle semiautomático, un revólver y una pistola abatió a tiros a un ciclista y dos mujeres en una centro de lucha contra el alcoholismo y las drogas en Halloween.
El atacante murió poco después en un intercambio de disparos con la policía.