ROMA. Los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, juzgados en el Vaticano por presuntamente publicar documentos clasificados, reivindicaron hoy su derecho a desvelar secretos porque, a su juicio, es la labor de cualquier informador.
En un encuentro con la prensa en Roma, Nuzzi subrayó que con la publicación de “Vía Crucis”, que documenta varios casos de supuesta mala gestión del patrimonio vaticano, no ha cometido delito alguno sino que se ha limitado a hacer su trabajo como periodista.
“He hecho mi trabajo y reto a cualquier periodista del mundo a que piense en lo que haría ante la posibilidad de informar sobre el modo en que es gestionado el dinero de las ofrendas y el patrimonio inmobiliario de la Curia romana”, manifestó.
El autor de “Sua Santità”, que recogió la correspondencia privada de Benedicto XVI en 2012, recordó que “un periodista cuando tiene una noticia la publica y, si la mantiene en el cajón, hace un trabajo diferente”.
En la misma línea se mostró Fittipaldi, imputado por revelar secretos en su libro “Avarizia” y que en declaraciones a la televisión SkyTG24 dijo que su trabajo es “contar a la opinión pública aquello que cualquier poder no quiere que sea contado”.
Asimismo criticó que la legislación vaticana no comprenda, como sí hacen otros países, la libertad de prensa sino que la considere un delito penado con hasta ocho años de cárcel.
Ambos se sentaron hoy en el banquillo de los acusados en la primera audiencia del proceso conocido como “Vatileaks2”, en el que se investiga la sustracción, difusión y divulgación de documentos en materia económica de la Santa Sede y que aparecen en sus dos libros.
También están imputados el español Lucio Vallejo, secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), la ex relaciones públicas Francesca Chaoqui y un excolaborador de monseñor Vallejo, Nicola Maio.
Libertad de prensa
Los dos periodistas consideraron este proceso como un ataque a la libertad de prensa y rechazaron que hubieran presionado al resto de imputados para obtener informaciones de dentro del Vaticano.
“Yo estoy tranquilo porque mi relación específicamente con el señor Vallejo Balda está en las actas y documentada con mi relación por el Whatsapp, que se desarrolla desde mitad de abril hasta hoy, bueno, hasta hace pocas semanas”, dijo Nuzzi.
Y añadió: “No veo la hora, si me lo permiten, de daros el contenido de estas conversaciones, de las que emerge con fuerza que se trata de una relación muy cordial, serena y confidencial”.
El pasado día 8 en el rezo del Angelus, el papa Francisco lamentó este “acto lamentable” juzgado en el Vaticano, que calificó de “robo”.
“No tengo intención de desmentir al papa, pero Nuzzi y yo no los hemos robado (los documentos) y, si se demostrase que los otros tres imputados eran nuestras fuentes, estas fuentes tenían acceso a estos documentos porque, por decirlo así, estaban encima de su mesa. No han robado nada”, subrayó.