NACIONES UNIDAS. La división de la comunidad internacional en torno a Siria continúa a pesar de los progresos logrados en las negociaciones de Viena y de los llamamientos a la unión repetidos una y otra vez tras los atentados de París.
La situación volvió a hacerse evidente ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Francia y Rusia impulsan en paralelo sendos proyectos de resolución para reforzar la lucha contra el Estado Islámico (EI).
Los dos países, que están entre las víctimas más recientes del grupo tras los ataques de París y el derribo de un avión ruso en el Sinaí, han intensificado sus acciones militares en Siria, pero continúan estando muy lejos en puntos clave.
Principalmente, porque Rusia sigue siendo el principal apoyo del régimen de Bachar al Assad y el Gobierno galo uno de sus mayores críticos, exigiendo su salida desde hace años.
Así, mientras toda la comunidad internacional insiste en la necesidad de unidad ante la amenaza del EI, el Consejo de Seguridad tendrá que elegir entre dos propuestas de resolución.
La francesa, presentada hoy al resto de miembros, pide “todas las medidas necesarias” para actuar contra los grupos yihadistas en Siria e Irak, según una copia vista por Efe.
El texto, conciso y directo, se centra en el problema del EI tras los últimos atentados, aboga por “redoblar y coordinar” esfuerzos en la lucha antiterrorista y expresa la intención de ampliar las sanciones contra individuos y entidades vinculadas con el grupo.
Mientras, el proyecto ruso tiene un carácter más general y está basado en otra resolución que trató sin éxito de sacar adelante a finales de septiembre.
El problema principal era que el texto demandaba el “consentimiento” de los Estados para actuar contra el terrorismo en su territorio, lo que para las potencias occidentales suponía dar un espaldarazo a Al Asad.
A priori, ese punto frenará también la adopción del nuevo borrador circulado por Rusia, pues según aseguró hoy el embajador británico, Matthew Rycroft, el texto revisado apenas tiene cambios.
“Parece legitimar la autoridad de Al Asad”, dijo a los periodistas Rycroft, quien expresó su respaldo a la iniciativa francesa, que a su juicio se centra en los puntos en los que hay “unanimidad” en el Consejo.
Mientras, el borrador ruso toca asuntos que “nos dividen”, aseguró el representante del Reino Unido, que este mes preside el Consejo de Seguridad.
Rusia, a priori, podría aceptar el texto francés, pues según dijo su embajador, Vitaly Churkin, no incluye elementos problemáticos, pero la actual situación es muestra una vez más de las dificultades que tienen las potencias para coordinarse en todo lo relativo a Siria.
Mientras, en el plano diplomático, el mediador de la ONU para el conflicto, Staffan de Mistura, se mostró confiado en que la oposición a Al Asad logrará unirse para participar en las negociaciones de paz acordadas en Viena este fin de semana.
“Es extremadamente importante tener una oposición siria cohesionada, amplia e incluyente”, dijo De Mistura, que mañana tiene previsto reunirse con el Consejo de Seguridad.
El diplomático, optimista, dijo ver actualmente más oportunidades que nunca para avanzar hacia la paz sobre la base de ese plan, que incluye el establecimiento de un alto el fuego una vez que comiencen las conversaciones.
Entretanto, la ONU advirtió hoy que para acabar con el auge del extremismo y el terrorismo en la región, será necesario al fin y al cabo poner fin al conflicto de Oriente Medio, uno de los grandes quebraderos de cabeza de la comunidad internacional durante décadas.
“No podemos separar el conflicto palestino-israelí de esta amenaza global”, dijo al Consejo de Seguridad el enviado de la organización a la zona, Nickolay Mladenov, quien aseguró que poner fin a ese enfrentamiento tendría un efecto positivo en toda la región.
Sin embargo, Mladenov pintó un cuadro muy negro de la situación sobre el terreno, donde se vive una ola de violencia que hoy volvió a cobrarse víctimas y donde, según la ONU, el “liderazgo” necesario para avanzar “ha estado totalmente ausente hasta la fecha”.