AFP
París
El serbio Novak Djokovic se clasificó para la final del Masters 1000 de París-Bercy al derrotar ayer sábado al suizo Stan Wawrinka en tres sets 6-3, 3-6 y 6-0 y se jugará el título contra el británico Andy Murray.
Djokovic, ganador ya en tres ocasiones del torneo parisino (dos de ellas en los dos últimos años) jugará su 15™ final esta temporada (con 9 títulos) ante Murray, que derrotó en la otra semifinal al español David Ferrer por 6-4 y 6-3.
La victoria de Djokovic, número uno del mundo, se produjo en una hora y 51 minutos, pero cedió su primer set desde la final del Abierto de Estados Unidos.
De esta forma, el serbio se clasificó para la decimocuarta final consecutiva, algo que nadie había logrado antes desde que hay estadísticas fiables, y se medirá contra el número dos, el británico Andy Murray.
Sin repetir historia
En una reedición de la final del pasado Roland Garros, exactamente cinco meses después de que el helvético apeara del único Grand Slam que falta al serbio, Wawrinka amenazó con volver a aguar la fiesta en la capital francesa del número uno del mundo.
Djokovic se había presentado en las semifinales de París con una serie de 28 sets consecutivos, logró el vigésimo noveno, pero no pudo pasar al 30, porque Wawrinka encadenó una genial fase de tenis que hizo temblar al serbio.
Para lograr su sexto Masters 1.000 del año, algo que nadie ha conseguido antes, deberá medirse en la final contra el británico Andy Murray, número dos del mundo, verdugo en semifinales del español David Ferrer por 6-4 y 6-3.
Será el trigésimo duelo entre ambos en una serie en la que el escocés solo ha ganado 9, el último la final de Montreal de este año.
En camino para sumar su cuarto título en París, el tercero consecutivo, Djokovic sumó ante Wawrinka la vigésimo primera victoria seguida. Wawrinka demostró que a su mejor nivel es capaz de colocar contra las cuerdas al intratable número uno del mundo, pero también que es muy complicado mantener ese nivel durante todo un partido.
Djokovic no cede, apenas desaparece del encuentro y solo se vio superado en el segundo set, cuando el suizo deslumbró a la grada parisiense, que, descaradamente a su favor, llegó a soñar con otra sorpresa como la de Roland Garros.