Los bancos estadounidenses que manejan materias primas se verán obligados a mantener nuevas y grandes reservas de capital bajo los audaces planes que la Reserva Federal ha planteado para proteger contra desastres costosos como los derrames petroleros o explosiones de gasoductos.
La Fed quiere utilizar las reservas de capital para desalentar a los bancos de asumir actividades de riesgo que podrían amenazar su supervivencia en el caso de una catástrofe, según personas con conocimiento del asunto.
Las nuevas restricciones afectarían bancos como Goldman Sachs, Bank of America Merrill Lynch y Citigroup, algunos de las cuales ya se están replanteando su papel con respecto a las materias primas debido a la presión de los reguladores y la disminución de la rentabilidad de las mismas.
La Senadora Elizabeth Warren, una crítica liberal de Wall Street, ha llevado a los Demócratas a exigir que la Fed imponga controles más estrictos sobre las actividades de materias primas de los bancos.
Las demandas de más capital para absorber pérdidas son susceptibles a ser cuestionadas por los bancos, que argumentan que el negocio de almacenamiento y envío de la energía y metales complementa sus derivados comerciales en petróleo, gas y cobre.
Un grupo de comercio de Wall Street, SIFMA, recomendó a la Fed el año pasado que los controles adicionales no se justifican porque las actividades de las materias primas no son fundamentalmente diferentes de ni más riesgosas que “otras actividades financieras permitidas”.
La aplicación de normas más estrictas ya ha ocasionado que los grandes bancos incrementen su capital regulatorio de nivel 1 a casi el 12% de los activos totales de poco más de 8% antes de la crisis financiera, según datos de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés).
El derrame de petróleo de BP en el Golfo de México en el 2010 tuvo un peso destacado en la decisión de los reguladores ya que tras el desastre la compañía fue responsable de decenas de miles de millones de dólares en multas e indemnizaciones.
Las normas de riesgo de mercado ya exigen los bancos a mantener capital para protegerse de las fluctuaciones en los precios de las materias primas, pero no cubren “riesgos operacionales” que podrían conducir a juicios o sanciones que superan con creces el valor de los activos involucrados.
Funcionarios de la Fed han pasado más de dos años debatiendo cómo imponer nuevos límites a la actividad de las materias primas, lo que ha generado críticas de los senadores demócratas quienes dicen que se han tardado demasiado.
En noviembre de 2014, Dan Tarullo, gobernador de la Fed a cargo de la regulación financiera, dijo al Congreso que el banco central estaba considerando opciones que incluyen requisitos adicionales de seguros, límites al tamaño relativo de las empresas de productos básicos, y la prohibición de la tenencia de productos específicos.
Pero la conclusión preliminar de la Fed es que los cargos de capital son preferibles a las demás alternativas, según personas informadas sobre el asunto.
No se han tomado decisiones finales, añadieron. Entre las cuestiones pendientes están la forma en que la Fed decidirá qué productos son más riesgosos; cómo mide los riesgos percibidos; y cómo se deben calibrar las cargas de capital para que coincidan con los riesgos. La Fed no quiso hacer comentarios.
Saule Omarova, profesor en la facultad de derecho de la Universidad de Cornell, dijo que los cargos de capital son “la salida más fácil” para la Fed. “El régimen de adecuación de capital está bastante desarrollado. Pero en última instancia, con todos estos requerimientos de capital es una especulación. Todo el mundo va a fingir que hay un poco de ciencia detrás de la decisión”.
Goldman Sachs y Morgan Stanley empezaron adquirir más volumen en el comercio de materias primas en la década de 1980, mientras que Citigroup obtuvo el permiso de la Fed para manejar productos básicos en 2003.
A raíz de la última crisis financiera varios bancos intensificaron su participación, lo que desató la alarma entre los reguladores de que estaban creando riesgos para la estabilidad financiera.
Más recientemente los bancos han reducido su participación debido a la disminución de las oscilaciones de precios — que ha reducido las oportunidades de ganar dinero — y los escándalos de alto perfil, incluyendo acusaciones de que JPMorgan manipuló el mercado de energía de California, por el cual tuvo que pagar US$410 millones en resoluciones.
A principios de este año Morgan Stanley acordó vender su negocio de comerciante de petróleo físico por más de US$1mil millones. Goldman Sachs ha dejado algunos de sus negocios de materias primas, incluyendo su operación de almacenamiento de metales y de minas de carbón en Colombia.
La Fed ha dicho que también está explorando la posibilidad de alterar la autoridad de los bancos para manejar las materias primas como conceden dos secciones de la ley bancaria. La Sra. Omarova sostuvo que endurecer las regulaciones sería la mejor manera de reprimir las actividades de las materias primas. Pero Goldman Sachs y Morgan Stanley operan bajo una tercera parte de la ley que la Fed no puede alterar.