Alemania .- El Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania y de la zona euro, ha anunciado este jueves que perdió 4.647 millones de euros entre enero y septiembre, lo que supone una caída del 472% respecto al beneficio neto de 1.250 millones de euros que obtuvo en el mismo período del año anterior. Este le ha llevado a diseñar una profunda reestructuración del grupo que incluye la salida de diez países y el despido de 9.000 empleados, 4.000 de ellos en Alemania.
Sus malos resultados se deben, en gran medida, a depreciaciones de 5.800 millones de euros en la banca de inversión que se han consignado en el tercer trimestre de este ejercicio, lo que ha llevado hasta los 6.010 millones la pérdida neta entre junio y septiembre.
Según la entidad, con esa depreciación trata de anticiparse al endurecimiento de la normativa financiera europea y hacer frente a los elevados costes por los numerosos procesos judiciales en los que está implicado.
Despidos y cierres de filiales
El nuevo copresidente del Deutsche Bank, el británico John Cryan, ha presentado ese plan a los analistas en Fráncfort y ha explicado que a esa supresión de empleos se sumarán la eliminación de 6.000 de consultores externos.
Además, debido a la venta de activos planificada para los próximos dos años, en 2018, el grupo habrá perdido el equivalente a 20.000 empleados a tiempo completo.
El copresidente no ha entrado en detalles sobre cómo se ejecutarán los despidos, y tampoco ha explicado qué regiones o divisiones se van a ver afectadas. Sin embargo, sí ha confirmado que 4.000 despidos serán en Alemania, donde se cerrarán 200 filiales.
Además ha anunciado que cerrará sus filiales en 10 países- Argentina, Chile, México, Perú, Uruguay, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Malta y Nueva Zelanda- y trasladará sus actividades en Brasil a “centros globales y regionales”.
También concluirá la venta de Postbank y se desprenderá del 20% de acciones que posee en el banco chino Hua Xia.
Con esas medidas, la entidad prevé ahorrar unos 3.800 millones de euros desde ahora hasta 2018, aunque en ese mismo período calcula que tendrá entre 3.000 y 3.500 millones de euros de costes por la reestructuración.
Al final, el plan prevé que los costes globales de la entidad bajen de 22.000 millones de euros anuales dentro de dos años.
“Un resultado absolutamente decepcionante”
Los resultados de los dos próximos ejercicios se verán negativamente afectados por la reestructuración del grupo y, según su copresidente, 2018 será un “año decisivo” para el banco.
En su primera comparecencia pública desde que accedió al cargo el pasado 1 de julio, John Cryan ha calificado estas cifras de “resultado absolutamente decepcionante”.
“El Deutsche Bank no tiene ningún problema de estrategia. Sabemos muy bien a dónde queremos ir”, ha afirmado Cryan, que reconoce problemas en la aplicación de las últimas reestructuraciones del grupo bancario.
Según el máximo responsable del banco, el objetivo principal en la nueva etapa iniciada con su fichaje es volver a ser un banco “íntegro y fiable”, con “beneficios sostenibles”, que incurra en menores riesgos y eleve sus estándares de capital.
Reducir el riesgo de inversión
En esa línea, el comunicado de la entidad asegura que reducirá a la mitad su número de clientes en banca de inversión, “especialmente en los países con mayor riesgo operativo”. Para ello, dará prioridad a las inversiones en operaciones denominadas Conoce al cliente y en la infraestructura anti-blanqueo de capitales, mientras revisará “los riesgos de clientes y países específicos con el objetivo de extinguir los vínculos y lugares con riesgos inaceptables”.
Así, para 2018, el banco quiere reducir en 170.000 millones de euros su exposición y en 90.000 millones el valor de sus activos de riesgo (hasta dejarlos en 320.000 millones de euros).
De esta manera, espera lograr una subida de un punto en su capital de máxima calidad, para pasar del 11,5% que presenta en el tercer trimestre de este año al 12,5% en 2018.
No pagará dividendo este año ni el próximo
Las pérdidas antes de impuestos de la entidad alemana hasta septiembre fueron de 3.393 millones de euros, frente a las ganancias antes de impuestos de 2.864 millones de euros cosechada en los nueve primeros meses de 2014.
Los ingresos netos del grupo bancarios ascendieron en los tres primeros trimestres del año hasta los 26.883 millones de euros, un 11,5% más en términos interanuales.
La entidad ya ha anunciado que, debido a sus resultados y a la profunda reforma interna que planea, no prevé pagar dividendos a sus accionistas ni en este año ni en el próximo ejercicio, una medida que la entidad no había tomado desde los años 50.
Fuente: RTVE.es/Agencias