SANTO DOMINGO. La Fiscalía del Distrito Nacional vincula al venezolano José Luis Santoro, uno de los principales propietarios del Banco Peravia, con el mundo del narcotráfico y el lavado de activos.
La imputación está contenida en una solicitud de extradición en contra del fugitivo y otras once personas, a las que relaciona con la presunta estafa bancaria.
“El acusado se vinculó al mundo del narcotráfico y lavado de activos a través del capitán de la Policía Nacional Breznev Jiménez Jiménez, en la actualidad acusado por narcotráfico y lavado de activos”, señala Yeni Berenice Reynoso.
Los pedidos en extradición, además de Santoro, son su esposa, Cristina Martidonna de Santoro, su hija María Cristina Santoro Martidonna, Gabriel Jiménez Aray, Daniel Alejandro Santoro Morales, Máximo Bertilomo, Luis Manuel Melo Peña, Evelyn Serret de Santana, Miriam Serret, Luis Herrera Valerio, José Carlos Bergantiños y Lorenzo Alejandro Labiosa López.
La Fiscal plantea que Santoro y Jiménez Aray eran los principales propietarios del Banco Peravia y los jefes operativos del mismo, a los que les atribuye haber cometido decenas de delitos.
En su petición de extradición, formulada por ante el juez coordinador de los Juzgados de la Instrucción, sostiene que más del 75% de todos los préstamos que emitía el banco eran fraudulentos, con el objetivo de los imputados beneficiarse a nivel personal.
Asimismo, una cifra superior al 90% de las tarjetas de crédito eran utilizadas por los imputados para sacar dinero de los ahorrantes.
Indica que emitían tarjetas sin las formalidades que exigen las leyes bancarias dominicanas e internacionales, y las utilizaban para adquirir bienes personales.
Según la Fiscalía, robaron la identidad de decenas de personas, quienes hasta el momento de la investigación no tenían conocimiento de las supuestas tarjetas o préstamos en el Peravia.
Afirma que en alegada sociedad criminal con el imputado Nelson Cabral, les otorgaron alrededor de 40 préstamos fraudulentos por un monto aproximado de RD$300 millones.
Además, manifiesta que se adjudicaban a título personal las garantías del banco, amenazaban e intimidaban con militares corruptos a los ahorrantes que reclamaban su dinero.
Reynoso detalla que les sacaban decenas de millones de pesos a los ahorrantes de sus cuentas, sin éstos tener conocimiento.
Les endilga obtener cientos de millones de pesos a través de maniobras fraudulentas.
Cita que, a través de su asistente Yenny García de Piantini, el imputado José Luis Santoro emitía tarjetas de crédito fraudulentas.
Dice que el acusado adquirió la empresa Doral Rent A Car, a su socio y presunto cómplice Lorenzo Labiosa, emitiendo tarjetas de crédito fraudulentas, para que éste sacara dinero de los cajeros.
Pero los retiros no eran pagados, las tarjetas se emitían con la actualización fraudulenta de Daniel Morales Santoro, y se pagaban con montos ficticios.
De Jiménez Aray, la funcionaria sostiene que como vicepresidente del Banco Peravia, junto a Yesenia Serret, supuestamente elaboraba préstamos y autorizaba tarjetas fraudulentas.
Hacía retiros en efectivo de caja, de manera directa, y adquirió bienes, como su apartamento, con dinero fraudulento.
Por igual, otorgó préstamos alterados a su pareja Yomalys Fernández.
Asimismo, le atribuye adquirir y traspasar de manera ilícita bienes del banco.
Al momento de la disolución del Peravia, Jiménez Aray se desempeñaba como presidente.
En ese puesto, lo relaciona con transferencias fraudulentas a favor de la madre de su hijo, María Laura.
Según la Fiscalía, estas tarjetas se pagaban con préstamos ficticios realizados por Yesenia Serret y Daniel Morales Santoro.
También el imputado, junto a José Luis Santoro, estaba involucrado en todas las transacciones fraudulentas de captación de fondos a ciudadanos venezolanos, a quienes luego amenazaban e intimidaban cuando los ahorrantes reclamaban dinero.
Indica que Jiménez Aray era presidente o directivo de varias empresas, utilizadas por él y Santoro para distraer bienes de los ahorrantes.
Especifica que Daniel Alejandro Morales Santoro, en su condición de vicepresidente del banco, era una pieza clave en la confección de los préstamos fraudulentos y en las emisiones de tarjetas de créditos ficticias, así como en las transacciones de retiros anómalos.
Igualmente, en el retiro en efectivo de grandes cantidades de recursos sin ninguna formalidad.
Argumenta que junto a Yesenia Serret, presuntamente eran los ejecutivos que en la práctica ejecutaban gran parte del fraude en la confección de documentos fraudulentos, presunto robo de identidad a personas para otorgarles tarjetas y préstamos.
Mientras que señala como alegada testaferra de su esposo, Cristina Martidonna de Santoro realizó transferencias millonarias a cuentas extranjeras de dineros en pesos y dólares.