A primera vista, sobresale como un pulgar inflamado. Esa mancha de azul y púrpura en el mapa. Uno de los únicos lugares del mundo que es anormalmente frío en el año y probablemente romperá records como el más cálido a escala mundial.
La llaman la “mancha” del Atlántico. Es un área grande en el Atlántico Norte que está viendo una tendencia de enfriamiento pronunciada. La superficie oceánica está más fría de lo normal y de hecho el frío ha sido récord en algunos puntos.
Los científicos comenzaron a darse cuenta de su desarrollo en el transcurso del último par de años; este enfriamiento en el Atlántico es completamente opuesto al calentamiento en el Pacífico. Gran parte del calentamiento es atribuido a El Niño, un proceso natural donde el agua cálida circula sobre el Pacífico Central y se extiende hacia América del Sur, pero los científicos no pueden explicar por completo lo que ha sido denominado como la mancha del Pacífico.
Este calentamiento pronunciado sobre grandes zonas en toda la cuenca del Pacífico ha alimentado una temporada muy por encima del promedio de huracanes y tifones sobre todo el Pacífico, y podría haber contribuido con todo, desde la sequía de California, los impactos en la industria del salmón, e incluso los tiburones tropicales que han sido vistos en aguas más al norte que nunca antes.
La mancha fría del Atlántico está cerca de Groenlandia. Podrías no esperar ver un enfriamiento así de pronunciado tan al norte. Después de todo, sabemos que la mayor parte del cambio climático documentado ha tenido un impacto en los polos mucho más que en las regiones ecuatoriales. Groenlandia es el hogar de una enorme capa de hielo.
De hecho, si combinas las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia, encontrarás el 99% del hielo de agua dulce en la tierra. Los científicos creen que es el derretimiento del hielo en Groenlandia lo que está ocasionando la anomalía de frío.
Un estudio reciente llevado a cabo por importantes climatólogos muestra que Groenlandia está experimentando una pérdida masiva de hielo, algo que está alterando la circulación normal del Océano Atlántico, lo que se conoce como Circulación Meridional de Retorno del Atlántico Norte (AMOC, por sus siglas en inglés). Podrías estar familiarizado con parte de la circulación, la corriente del Golfo, la cual traslada el agua cálida de la superficie hacia el norte por la Costa Este de Estados Unidos y es canalizada hacia los polos.
La otra corriente principal en la AMOC es un flujo de retorno de agua fría profunda que corre hacia el sur desde los polos hacia el trópico. Esta corriente tiene impactos dramáticos sobre nuestro clima a escala mundial. El calor y el frío impulsados por la corriente se transfieren a la atmósfera y ayudan a impulsar nuestros patrones del clima.
Normalmente, el agua salada fría en el Atlántico Norte desciende, porque es más densa, y es reemplazada por agua cálida que llega desde el sur. Es un proceso similar que impulsa los sistemas de alta y baja presión y una corriente en chorro que impulsa nuestro clima. En este caso, el estudio sugiere que las enormes cantidades que agua dulce que llegan al océano debido al hielo que se derrite en Groenlandia pueden impedir que el agua salada densa y fría descienda, y altera la circulación de la AMOC.
Lo creas o no, este fue el mismo escenario de la popular película El día después de mañana. En la película, el clima mundial cambia en cuestión de días, lo que ocasiona tornados en Los Ángeles, granizo mortal en Tokio, y una enorme tormenta de nieve en la ciudad de Nueva York.
Afortunadamente, el escenario de El día después de mañana es la ficción de Hollywood en su máxima expresión, y no está basada en sólidos datos científicos. Habiendo dicho esto, existen motivos de preocupación por los cambios que hemos visto tanto en el Atlántico como en el Pacífico. Aunque sin duda no hay un consenso científico respecto a que la mancha del Pacífico o del Atlántico esté relacionada con el cambio climático, existe evidencia de que sí es el caso.
Los impactos, aunque no como en la película, podrían ser bastante malos. La pérdida de la circulación normal del océano podría ocasionar cambios drásticos en los patrones climáticos, y la continua pérdida de hielo en Groenlandia dará lugar al continuo aumento en el nivel del mar, lo que amenaza a las ciudades costeras alrededor del mundo.