Jerusalén y Cisjordania registraron ayer lunes nuevos choques intensos que provocaron un muerto palestino y llevaron al primer ministro, Benjamin Netanyahu, a dar al ejército y la policía la potestad de actuar en este contexto extremadamente delicado.
“No le daremos inmunidad a ningún tumultuoso, ni agitador, ni a ningún terrorista; no hay ningún límite a la acción de nuestras fuerzas de seguridad”, afirmó Netanyahu en un discurso televisado.
Además, señaló que las fuerzas de seguridad en Jerusalén y Cisjordania serán reforzadas.
Estas declaraciones tuvieron lugar poco antes que el ejército y los servicios de seguridad interior israelíes anunciaran la detención de cinco sospechosos y varios cómplices de la muerte de una pareja de colonos, acribillados a balazos en su auto ante sus hijos el jueves en Cisjordania ocupada.
“El grupo pertenecía al movimiento Hamas”, indicaron las fuerzas de seguridad en un comunicado conjunto, según el cual los detenidos “confesaron su implicación en el ataque” durante un interrogatorio.
El movimiento islamista Hamas, en el poder en Gaza y considerado como “terrorista” por Israel, celebró el jueves el ataque como “una respuesta a los crímenes sionistas”, aunque no lo reivindicó. El Movimiento Islámico, una organización árabe israelí, es, junto a Hamas y la Autoridad palestina, la “principal fuente de incitación al odio”, indicó Netanyahu, quien está sometido a la presión de algunos miembros de su gobierno, uno de los más conservadores de la historia de Israel.