Desaceleración de América Latina destruye empleo y lo hace más precario, dice BM

Los cuatro años consecutivos de desaceleración económica de Latinoamérica comenzaron a repercutir en su mercado laboral con una pérdida de la fuerza laboral y un deterioro de la calidad de los empleos, según el informe “Empleos, salarios y la desaceleración en América Latina” presentado hoy en Lima por el Banco Mundial (BM).

El reporte destacó que la desaceleración todavía no ha aumentado la tasa de desempleo de manera apreciable, pero ha provocado que la tasa de participación laboral caiga, sobre todo entre los hombres jóvenes y menos capacitados.

El documento recomendó desarrollar redes de protección social y revisar los salarios mínimos para evitar que esa pérdida de empleo revierta los avances logrados en los últimos años en la reducción de la brecha de desigualdad relativa a los ingresos laborales.

El economista en jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, presentó el informe en una conferencia desarrollada en el marco de las reuniones anuales de las juntas de gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, que se desarrollan en Perú del 5 al 12 de octubre.

En la conferencia intervino el vicepresidente de la oficina regional de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Jorge Familiar; el director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Perú, Ecuador y Venezuela, Alberto Rodríguez; el exministro peruano de Economía, Luis Miguel Castilla; y el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter.

De la Torre explicó que su oficina detectó un abandono de trabajadores del mercado laboral, en especial “en los países que se han desacelerado más rápidamente como Brasil y Argentina”. “Esa situación es contraria en los países más influenciados por la recuperación de Estados Unidos.

El empleo, la participación laboral y los salarios repuntan en México pero esos países también pueden verse afectados porque es posible que en el futuro veamos más tensión en el mercado laboral”, anticipó.

El reporte apuntó que la pérdida de empleo entre los trabajadores no cualificados es “mucho más elevada” que entre los empleados cualificados, que sin embargo experimentaron una mayor disminución de los salarios que los primeros.

La desaceleración también comenzó a afectar a la calidad del empleo porque cada vez más asalariados se vuelven trabajadores independientes, o pasan de empresas grandes a otras más pequeñas con una consecuente reducción de su salario.

El Banco Mundial prevé un estancamiento del producto interior bruto de Latinoamérica para 2015 y una leve mejora con un crecimiento del alrededor del 1 por ciento en 2016, aunque señaló que ese pronóstico tiene una incertidumbre elevada.

La heterogeneidad persistirá en la región y Panamá, República Dominicana y Nicaragua crecerán en tasas del 5,9 %, 5 % y 4,5 %, respectivamente. El BM espera que Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay crezcan alrededor del 3 % este año, Argentina apenas por encima del 0 %, mientras que Brasil, Ecuador y Venezuela exhibirán una tasa de crecimiento negativa.

El economista recomendó reformas estructurales para adaptarse “de la manera más eficiente posible a ese nuevo contexto”, con reajustes del gasto estatal y del tipo cambiario y políticas sociales que garanticen servicios sociales a esos trabajadores menos cualificados que pierden sus empleos, incluida una reducción de los salarios mínimos. “Cuando la economía entra en bajada y el salario se mantiene rígido, lo que cede es el empleo.

Es mejor tener empleo con un salario más bajo que estar desempleado sin sueldo. La región debe debatirlo de manera más práctica y menos ideológica porque lo que más afecta a la distribución del ingreso es la carencia de empleo”, dijo De la Torre.

Luis Miguel Castilla opinó que el reto es “complicado” porque Latinoamérica no ha desarrollado políticas para proteger a esa población eminentemente urbana y menos preparada que está comenzando a notar los efectos de la desaceleración.

Castilla sugirió establecer un rango de salarios mínimos según las dimensiones o el sector de las empresas y la calificación de los trabajadores.

Alberto Rodríguez opinó que “el mejor programa de protección social es el empleo”, que debe ir acompañado con unos servicios de calidad en educación y sanidad, y destacó que Perú y Chile se encuentran en una posición más cómoda para acometer sus ajustes gracias a sus reservas fiscales.

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