En la actualidad es común escuchar conversaciones relacionadas con emprendedores y emprendimientos, y esto no sólo pasa en el Distrito Federal, sino también en el interior de la República Mexicana, donde se empiezan a ver los frutos de los diferentes esfuerzos realizados por los emprendedores, las organizaciones públicas y las privados.
El indicador de Actividad Emprendedora Total en Etapa Temprana (TEA, por su sigla en inglés), del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), tiene una tendencia de crecimiento del 2011 al 2014, de 9,6 a 19%, posicionando a México por encima de otros países de América Latina, que tienen una calificación promedio de 17,6 %.
Para ayudar a los emprendedores a desarrollar un proyecto exitoso, la metodología The Lean Start Up, que Steve Blank expone en Why the Lean Startup Changes Everything, propone el siguiente proceso.
1. Descubrimiento del cliente. Los fundadores generan y clarifican el concepto, plasman la idea en una hipótesis, una propuesta de valor, un modelo de negocio, un segmento de clientes, un canal para entregar la propuesta de valor, un tipo de relación con el cliente, los recursos y actividades claves, las alianzas de negocio, la estructura de ingresos y de costos, se genera el producto mínimo viable y se prueban dichos supuestos.
2. Validación del cliente. Se continúa con el proceso de prueba, validación y ajuste del modelo de negocio de forma continua con clientes reales, se trata de conseguir cartas compromiso de compra futura (la carta hace referencia al posible interés de una compra futura).
3. Creación del cliente. El producto y el modelo de negocio se han probado y ajustado lo suficiente para ir de manera contundente al mercado. Se llevan a cabo esfuerzos intensos de venta y mercadotecnia, se busca crecer de la manera más rápida posible.
4. Estructuración de la organización. Inicia la transformación de un emprendimiento hacia una organización, pero continúa enfocada en las ventas y la mercadotecnia. En el caso de que se tenga un buen modelo de negocio, un mercado, unos resultados positivos, etcétera, se tendrá un emprendimiento en operaciones con un determinado éxito; sin embargo, esto no es suficiente para lo que necesita México, y en realidad tampoco lo es para los emprendedores, ya que habría que buscar el crecimiento de estas organizaciones, entonces la pregunta es cómo convertir a las startups en organizaciones con crecimiento y resultados positivos. Se tendría que trabajar en dos sentidos.
En primer lugar, se debe llevar a cabo el proceso de emprendimiento antes mencionado, posteriormente desarrollar las áreas de operaciones y de soporte a la organización, como lo son los departamentos de administración, finanzas, recursos humanos, tecnología, entre otros.
En segundo lugar, se debe profesionalizar la organización con sistemas de gestión, que son definidos como rutinas y procedimientos de información formal que los directivos utilizan para mantener o alterar patrones en las actividades organizacionales.
Los sistemas de gestión podrían hacer que los emprendimientos pierdan algunas características positivas, como flexibilidad, creatividad e innovación, convirtiéndolas en organizaciones burocráticas.
Si bien el crecimiento de las organizaciones depende del modelo de negocio, el mercado, el desempeño, entre otros, las organizaciones que se preparan de forma anticipada a su crecimiento con los sistemas de gestión tienden a aprovechar mejor las oportunidades.
Dado que cada organización es diferente, el orden e intensidad de la implementación de los sistemas de gestión debe de ser de acuerdo con las necesidades y particularidades de cada organización; sin embargo, la implementación de los sistemas de gestión de financieros y los de recursos humanos deben ser los primeros en implementarse.
En conclusión, una vez que las organizaciones tienen un modelo de negocio exitoso, deben consolidar sus áreas de ventas, mercadotecnia, operaciones y soporte, y de forma anticipada al crecimiento implementar sistemas de gestión que les permitirá operar de manera eficiente y, por otra parte, tener un mejor entendimiento de la situación actual y futura de la organización, tomar mejores decisiones y adecuar la estructura organizacional acorde a la estrategia que se necesite.
Fuente: América Economía