De la Arritmia a la Muerte súbita
Arritmia: Mareo, síncope, palpitaciones, dolor torácico o pérdida de conocimiento son algunos de los síntomas con los que las arritmias aparecen en escena. Son alteraciones del ritmo cardíaco y pueden producirse porque el impulso eléctrico no se genera adecuadamente, lo hace en un sitio erróneo o los caminos para su conducción están alterados.
Baipás: También llamado cirugía de derivación cardíaca. Cuando las arterias que suministran sangre y oxígeno al músculo cardíaco se endurecen y se estrechan, esta cirugía crea un nuevo camino. El cirujano toma un tramo sano de una vena de la pierna o una arteria del pecho o la muñeca y lo une a la arteria coronaria por encima y por debajo del área estrecha o bloqueada.
Cardiólogo: El profesional médico que atiende los problemas derivados de este órgano es el cardiólogo. El diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos corren a cargo de este especialista.
Desfibrilador: Este aparato aplica una corriente eléctrica de alto voltaje de forma brusca y breve para detener y revertir las arritmias cardiacas rápidas. Su rápida utilización salva vidas, el problema es que no siempre hay uno en el lugar en el que sucede el problema. Nuño Azcona, director general de B+Safe (Biometrics & Safety Ibérica), ha declarado a EFEsalud que deberían existir desfibriladores en “paradas de metro y autobús, aeropuertos, autocares, colegios, hoteles, centros comerciales, o zonas donde se practica deporte”.
Electrocardiograma: Todos asociamos el pitido prolongado en un hospital y la línea completamente horizontal con el final de la vida. La prueba que registra la actividad eléctrica del corazón que se produce en cada latido es el electrocardiograma.
Fármacos: Hay muchos, entre los más populares figuran la Heparina (intravenosa o subcutánea) y el acenocumarol oral, más conocido como sintrom. Su función es impedir la formación de coágulos que dificulten el recorrido de la sangre. Para la prevención y tratamiento de los infartos, uno muy conocido: la aspirina.
Glóbulos rojos: Son los que contienen el oxígeno en la sangre. ¿Cómo lo obtienen? Pues a través del corazón. Este envía la sangre a los pulmones para llenarla de oxígeno, y de ahí la dirigen al resto del cuerpo.
Hospitales: Temidos por muchos pero imprescindibles en nuestras vidas. La sección de cardiología de los hospitales se encarga del estudio, diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades cardiovasculares.
Infarto: Aunque puede suceder en cualquier órgano, siempre se asocia infarto al de miocardio, al del corazón. Es la necrosis -o muerte de las células- de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debido a una obstrucción o estrechez de la arteria correspondiente. Hipertensión, colesterol alto, tabaco, obesidad, sedentarismo y edad avanzada propician los infartos de miocardio.
Juventud: Es un error pensar que el cuidado del corazón comienza cuando nos jubilamos. El estilo de vida de los jóvenes, más propicio a la mala alimentación, el tabaco, el alcohol y la inactividad física a la larga tiene sus consecuencias. Por otro lado, en deportistas jóvenes, la mayor parte de las muertes están originadas por problemas cardiovasculares.
Muerte súbita: Es una forma de muerte natural debida a causas cardíacas, inesperada en el tiempo y en su forma de presentación, que viene precedida por la pérdida brusca de conciencia dentro de, como máximo, la hora que sigue al inicio de los síntomas, en un individuo con una cardiopatía de base conocida o desconocida, según la Asociación Española contra la Muerte Súbita José Durán. El 12% de las muertes naturales en la población general se producen de forma súbita y de éstas el 88% son de origen cardíaco.
Por :EFE.