No es un secreto que la audición de un bebé neonato es vulnerable a muchos factores y que la pérdida de esta es una de las deficiencias de nacimiento más comunes debido a que el oído es un órgano complejo que se desarrolla principalmente durante la gestación.
En muchos países se han establecido programas universales para la detección de la hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva) en recién nacidos durante las últimas dos décadas. “La intervención temprana es fundamental para el desarrollo del habla del niño, además del desarrollo educativo, social y emocional”, asegura el otólogo José Antonio Rivas, director de la Clínica Rivas.
De cada 1.000 recién nacidos, tres a cuatro nacen con problemas auditivos, que en su mayoría se deben a una predisposición genética, explica el doctor Rivas.
A su vez, la doctora Adriana Rivas, médico especialista en audiología señala que todos los recién nacidos sin excepción deben ser examinados antes de cumplir el primer mes de edad incluso, asegura que el mejor momento para identificar la pérdida auditiva es en los cuartos de neonatos y clínicas de parto, antes de que el bebé sea dado de alta.
Para examinar la audición se utilizan dos tipos de procedimientos: el primero se denomina respuesta auditiva al tallo cerebral y se realiza colocando sensores en la cabeza del bebé e introduciendo sonidos en los oídos del pequeño a través de audífonos; el segundo se llama emisiones otoacústicas y se hace introduciendo un pequeño micrófono en el canal auditivo del menor que mide los leves sonidos que emite el oído interno cuando recibe ondas sonoras externas.
Para tranquilidad de la madre, estos exámenes no provocan dolor alguno al bebé, ni tardan más de cinco minutos, de hecho pueden hacerse mientras el niño duerme.
Las futuras madres pueden tomar estas precauciones para disminuir este riesgo en sus bebés:
Lavarse las manos con frecuencia debido a que protege contra las infecciones del citomegalovirus, un herpes virus simple. Cuando se transmite de la madre al hijo durante los primeros tres meses de embarazo, este virus puede producir pérdida de audición en el nonato.
Dejar de fumar porque puede influir negativamente en el desarrollo de la cóclea en el oído interno.
Evitar el ruido excesivo porque puede dañar la audición del bebé antes de nacer.
Fuente:EL ESPECTADOR