Durante las vacaciones, la gran mayoría opta por no realizar ningún ejercicio físico y descuidar al máximo la alimentación. Adiós a la siesta, las cervezas, tapas, helados y cócteles.
El balance del verano se salda con varios kilos extra y septiembre llega con la clásica frase:
“¡Me apunto al gimnasio!”
Si estás decidida a ponerte en forma, te ofrecemos algunos consejos para que aciertes en tu elección. Así será imposible que tires el dinero y la toalla.
1. Es preferible que se encuentre cerca de casa o del trabajo para que así nos de menos parece ir. La excusa de que está muy lejos ya no te servirá.
2. El precio es un factor muy importante. La moda por el culto al cuerpo ha generado que nuestras ciudades estén llenas de gimnasios. No seas perezosa: busca, compara y quédate con el de mejor precio.
3. Lo ideal es que el gimnasio nos ofrezca la posibilidad de probar por un día y gratis sus instalaciones.
4. No olvides informarte de los horarios de toda la semana así como de la variedad en las clases. El gimnasio ideal contará con clases adaptadas según tu nivel de conocimiento.
– Clases y servicios:
5. El equipamiento debe ser completo e incluir máquinas para la tonificación muscular, máquinas para el entrenamiento aeróbico y una zona cómoda para ejercicios de cuerpo libre y estiramiento.
6. Presta atención al número de personas que acuden en el horario al que vayas a ejercitarte.
7. Las diferentes salas y los vestuarios deben estar perfectamente limpios y bien cuidados.
8. Los instructores deben tener formación y tratar a los usuarios con amabilidad y respeto.
9. ¿Gimnasio en vacaciones? Sí. Antes de inscribirte pregunta los horarios y las clases que ofrecen durante esos días.
10. Por último, escoge el gimnasio del que tengas mejores referencias. Busca opiniones en Internet o pregunta a tu círculo de amistades.
Fuente:mujerhoy.com