La (elegante) moda de vestir el móvil de madera

Motorola fue la primera a la que se le ocurrió la idea: una tapa trasera de bambú. Pero no una funda protectora al uso, como hay miles, sino un sustitutivo de madera real para el plástico o el metal con el que vienen de fábrica la mayoría de los terminales, ambos materiales mucho más fáciles de manipular en el proceso de producción. En la segunda mitad de 2013 decidió pasar de las palabras a los hechos, y vistió de esa guisa a su ‘smartphone’ MotoX. A pesar de los 100 dólares extra que había que pagar por el terminal en su versión vegetal, la idea arrasó.

No sólo era un artículo original, sino que tenía un acabado que dejó a muchos preguntándose cómo lo habían conseguido. Claro que, a juzgar por lo que tardó la marca en lanzarlo desde que lo anunció, la producción no fue un proceso fácil.

De hecho, a Motorola le siguió OnePlus, que probó suerte con una cubierta de la planta china por antonomasia para su móvil inaugural, el One, pero tuvo que aparcar la idea poco después. A pesar del elevado precio de este accesorio -unos 45 euros-, las existencias se agotaron y, como es ya característico de esta marca, los usuarios comenzaron a cabrearse por la imposibilidad de hacerse con una de las tapas. Pero había una razón para esa escasez de stock, y la explicó en el blog de la empresa el cofundador Carl Pei.

Sucedió que el teléfono no se había diseñado originalmente para permitir el intercambio de cubiertas, y el proceso para llevar a cabo esa operación resultaba complicado y, en ocasiones, incluso peligroso. Podía dañar la batería al dejarla expuesta. Además, el número de carcasas que pasaba el estricto control de calidad era muy bajo, razón por la que se decidió detener la fabricación. “No nos sentimos cómodos con la producción en masa de un producto que no ofrece la mejor experiencia para el usuario”, zanjó Pei. “No hay duda de que estamos decepcionados con este fracaso”.

Sin embargo, otras marcas tomaron nota de los dos primeros ejemplos. La primera que se les unió fue Xiaomi, que introdujo la tapa de bambú como accesorio opcional para su Mi4 a un precio muy inferior. Aunque el acabado no era tan satisfactorio, costaba solo 69 yuanes (10 euros) y también voló. Así que el fabricante líder en ventas de móviles en China ha decidido repetir la experiencia este año con el Mi Note, y la acogida ha sido igual de buena.

“Es muestra de que, ante la similitud cada vez mayor del diseño que tienen los móviles en el mercado, los usuarios buscan otras vías para resultar originales”, comenta a Teknautas una fuente de Xiaomi que prefiere mantenerse en el anonimato. “Hasta ahora se utilizaban carcasas, pero las tapas originales ofrecen mayor calidad y resultan mucho más atractivas. Al fin y al cabo, el teléfono es ya parte de la moda”.

Lo mismo han pensado en OnePlus, que ha aprendido de su error y ha retomado la idea de proteger su nuevo móvil, el 2, con una capa de madera. No sólo es mucho más fácil cambiarla, sino que la ‘startup’ china ha decidido ir más allá del bambú en su colección de 5 ‘styleswaps’ que se venden a 26,99 dólares (24 euros). Es, como dejó claro con su presentación en la tienda parisina Colette, un intento por cautivar a los ‘fashion victims’. “Queríamos algo ‘premium’, de calidad, para dar una buena gama de colores en madera”, explican desde la empresa. Y la verdad es que funciona.

Las nuevas cubiertas de madera le confieren al aparato un aura de clásica elegancia. La de bambú es, sobre todo por el color claro, la más juvenil. Rompe con la estética de grises del terminal pero no desentona con el borde metálico que le sigue dando una apariencia robusta. Menos lograda es la de palisandro sudamericano, quizá excesivamente clásica. Y mi favorita es, sin duda, la de albaricoque de Marruecos: la han teñido de negro y es la que mejor combina con el terminal por su belleza sutil. De hecho, de lejos ni siquiera parece madera; pero de cerca sorprende por la calidad de su acabado.

En cualquier caso, resulta evidente que OnePlus entra de lleno en la guerra por vestir al móvil y que apuesta por materiales que nunca se han usado. El primero es el Kevlar -sí, la fibra especial desarrollada por DuPont para chalecos antibalas, entre otras cosas-, que tiene una textura sedosa y dibuja una curiosa cuadrícula en negros. Y avanzan que irán llegado más. Posiblemente no tarden en comercializarse la tela vaquera y el cuero, del que LG ha hecho abanderado al G4.

Así, todas las marcas coinciden en apuntar que los usuarios cada vez demandan más novedades en el estilo de los móviles -incluso antes que instalar más memoria RAM, por ejemplo-, y que el uso de materiales diferentes se hace ya casi imprescindible para que los ‘buques insignia’ tengan éxito. Al fin y al cabo, la mayoría de los expertos coinciden en señalar los plásticos de baja calidad utilizados hasta no hace mucho por Samsung para explicar en parte la caída de las ventas de la multinacional surcoreana. Parece haber corregido ya ese error, pero otras le han tomado la delantera. Y están de enhorabuena, porque, aunque no lo mencionen, los accesorios son los que proporcionan mayor margen de beneficio a las empresas.

Fuente:El Confidencial.

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