Londres, Reino Unido .- Hong Kong and Shanghai Bank (HSBC) reveló que venderá su unidad brasileña a Banco Bradesco por 5.200 millones de dólares, después de años de un mediocre desempeño en la segunda mayor economía de mercado emergente. Sin embargo, la entidad con sede en Londres anunció que mantendrá su presencia en el gigante sudamericano para las grandes empresas.
En un comunicado difundido este lunes, el banco británico dijo que el acuerdo incluye la venta a Bradesco de las unidades HSBC Bank Brasil S.A., Banco Múltiplo y HSBC Serviços e Participações Ltda.
El acuerdo, que está sujeto a la aprobación regulatoria y fue sellado el 31 de julio, debería completarse en junio de 2016. El precio de compra de 5.200 millones de dólares, que podría sufrir ajustes para reflejar el valor neto de los activos de ambas empresas, está muy por encima de lo que esperaban los inversores y los analistas. La agencia de noticias Reuters reportó el 20 de julio, citando a una fuente con conocimiento directo del asunto, que Bradesco había entrado en negociaciones exclusivas con HSBC para comprar la unidad y estaba dispuesta a pagar alrededor de 12.000 millones de reales (el equivalente a 3.500 millones de dólares), o 1,2 veces su valor contable, por HSBC Brasil.
Según el comunicado, Bradesco pagó cerca de 1,8 veces el valor contable por la unidad. Bradesco, el segundo mayor banco del sector privado de Brasil, cotiza en alrededor de 1,5 veces su valor contable. La institución con sede en San Pablo confirmó la compra en un comunicado. La adquisición le permitirá a Bradesco cerrar la brecha de activos con Caixa Econômica Federal y, especialmente, su rival más grande del sector privado, Itaú Unibanco Holding SA.
El enfoque de HSBC Brasil en los clientes de altos ingresos encaja muy bien en el plan de Bradesco de incrementar las ventas de servicios financieros especializados para las corporaciones más grandes y con mayores recursos. Errores de estrategia, junto con el aumento de la competencia convirtieron a la unidad brasileña en un problema para Stuart Gulliver, el presidente ejecutivo de HSBC.
Gulliver expuso en junio planes para recortar casi uno de cada cinco puestos de trabajo de la firma en todo el mundo y arreglar operaciones que, al igual que en Brasil, lidiaban con bajo rendimiento operacional, altos costos de cumplimiento normativo y una competencia feroz.
HSBC, que llegó a Brasil a finales de la década del 90, nunca ganó suficiente tamaño para plantear una amenaza real a Itaú, Bradesco y Banco do Brasil, la entidad crediticia más importante del país en términos de activos. HSBC Brasil tiene 854 sucursales, 21.000 empleados y cerca de 170.000 millones de reales (el equivalente a casi 50.000 millones de dólares) en activos.
Fuente: Reuters/AP