Islamabad, 8 jun (EFE).- Al menos 19 insurgentes y siete soldados murieron en enfrentamientos entre extremistas y las fuerzas de seguridad paquistaníes en las áreas tribales del noroeste del país, una semana después de que el Gobierno asegurara que controla el 90 por ciento de esa región y que los desplazados podían volver a casa.
El servicio de comunicación del Ejército (ISPR) informó hoy del suceso señalando que hubo choques armados en una zona “sin despejar” entre la frontera con Afganistán y Waziristán del Norte, donde los militares tienen en marcha desde hace un año una ofensiva para acabar con los insurgentes.
Según el ISPR, 19 extremistas, entre ellos 5 comandantes, perecieron durante el intercambio de fuego con las tropas paquistaníes, mientras que 7 soldados fallecieron como consecuencia de la detonación de explosivos que portaba un insurgente suicida.
En junio de 2014, el Ejército lanzó en ese área la operación Zarb e Azb (Afilado y cortante) y la intensificó meses más tarde a raíz de un ataque a una escuela en una ciudad cercana en el que murieron 132 niños y 12 profesores.
El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, indicó la semana pasada que, tras un año de ofensiva, “los terroristas han abandonado las Áreas Tribales Administradas Federalmente y sus escondites y santuarios han sido destruidos”.
Sharif aseguró que los desplazados podían retornar ya a sus hogares en Waziristán.
Zarb e Azb arrancó con operaciones aéreas acompañadas posteriormente con la intervención terrestre que han ido repitiendo los bombardeos sistemáticas de diferentes zonas de la región con un saldo oficial superior a los mil muertos.
A esa operación se le sumó en octubre la Khyber I contra los insurgentes que se refugian en esa zona también tribal del país asiático.