Bangkok, 14 may (EFE).- Human Rights Wath (HRW) y Amnistía Internacional (AI) pidieron hoy medidas de ayuda para los inmigrantes atrapados en el golfo de Bengala y exigieron a los gobiernos de la región que cesen de rechazar a los barcos que los transportan.
La Organización Internacional para las Migraciones estima que unos 8.000 inmigrantes indocumentados se encuentran en barcos de las mafias en aguas del Sudeste Asiático, la mayoría de ellos bangladesíes y rohingya, una minoría perseguida en Birmania.
El subdirector para Asia de HRW, Phil Robertson, acusó a Birmania de crear esta situación y a Tailandia, Malasia e Indonesia de empeorarla con su política “sin corazón” de rechazar a alta mar las embarcaciones que “pone en peligro la vida de miles de personas”.
“La marina de Tailandia, Malasia e Indonesia debe parar de jugar a este juego de pimpón humano a tres bandas y, en su lugar, trabajar conjuntamente para rescatar a los que se encuentran en esos barcos”, dijo Robertson en un comunicado.
HRW instó a otros gobiernos a prestar su ayuda para rescatar a los inmigrantes y ofrecerles ayuda humanitaria, y a procesar peticiones de asilo y reubicación a los que necesitan protección.
AI coincidió con esta demanda tras recriminar a Malasia que rechazara a una embarcación con unas 500 personas a bordo cerca de la costa de Penang, en el noroeste del país, y que anunciara “medidas punitivas” para impedir el desembarco de inmigrantes.
“Malasia debe proteger, no castigar, a los centenares de personas que llegan a sus costas. Debe darles la atención médica que necesitan de forma desesperada y no devolverlos al mar o deportarles allá donde sus derechos y vidas están en peligro”, dijo la investigadora de AI en Asia-Pacífico, Kate Schuetze.
“Es estremecedor pensar que hay cientos de personas ahora mismo a la deriva en serio peligro de morir, sin agua o comida, y sin saber incluso dónde están”, añadió Schuetze.
Las autoridades de Malasia rescataron entre la noche del domingo y el lunes a 1.051 bangladesíes y rohingyas, incluidos mujeres y niños, cuya embarcación había encallado en Longkawi, un archipiélago malasio en el mar de Andamán próximo al su de Tailandia.
Indonesia salvó en aguas del norte de la isla de Sumatra a 582, también bengalíes y rohingyas, y obligó a volver a aguas internacionales a otra embarcación con unos 400 inmigrantes indocumentados que, según dijeron, se dirigían a Malasia.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania (Myanmar) durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo de 2014.
Los rohingyas son unas de la minorías más perseguidas del mundo, según las Naciones Unidas, y ni Bangladesh ni Birmania les reconocen la ciudadanía. EFE