La generalización del uso de dispositivos informáticos y, sobre todo, el éxito de aparatos móviles como smartphones y tabletas ha vuelto común las conexiones inalámbricas.
El caso es que no todas estas conexiones ofrecen las mismas garantías. No es lo mismo engancharse a la red de la empresa para la que se trabaja o la conexión que ofrece el router de la casa donde se vive que tirar de una Wi-Fi pública. ¿Por qué? Por una simple cuestión de seguridad. Porque los datos pueden quedar expuestos a los ojos de cualquier otra persona que se conecte al mismo hotspot.
Con la intención de descubrir cuál es el nivel de riesgo Wi-Fi que asumen los usuarios en diferentes partes del mundo, Avast Software ha decidido llevar a cabo una comprobación armada únicamente con un PC y un programa de monitorización en ciudades como la española Barcelona o Berlín, Chicago, Hong Kong, Londres, Nueva York, San Francisco, Seúl y Taipéi.
Y los resultados no pueden ser más claros. “Este experimento ha revelado que la mayoría de los usuarios de dispositivos móviles no toma las precauciones adecuadas para proteger sus datos personales y su privacidad frente a los cibercriminales”, en palabras de Jude McColgan, presidente de la división móvil de Avast, que añade que “las personas utilizan cinturones para estar seguros en el coche” y también “deberían utilizar una aplicación de seguridad al utilizar Wi-Fi público”.
La conclusión general es que los internautas menos precavidos, y los más amenazados, son los asiáticos. En Seúl, Hong Kong y Taipéi casi todo el mundo accede a conexiones que no ofrecen garantías de protección, con porcentajes que marcan el 99%, el 98% y el 97%. Aunque en el resto del mundo tampoco salen demasiado bien parado. Así, en Barcelona y San Francisco, que empatan en la parte baja de la cola, ese porcentaje es del 80%.
Asia también lidera en tráfico por sitios HTTP desprotegidos, lo que puede derivar en el robo de información confidencial, y en hotspots con cifrado que resulta fácil de violar.
Fuente: SiliconWeek.es